martes, 6 de enero de 2015

QUERIDOS REYES MAGOS...

Por Inspiración Femenina


Cada año, al llegar estas fechas, hay multitud de peticiones. Hoy queríamos pedir algo para las mujeres, en general, las mujeres de todo el mundo… ¿Qué podríamos pedir? ¿Paz? ¿Amor? ¿Recursos suficientes para sobrevivir? ¿Que se acabe la violencia? ¿Formación?

Sí, todos ellos están bien, son buenas peticiones… pero parece que no son suficientes para que algo cambie.




De entre todas las cosas, hoy, 6 de enero del 2015, creemos que es muy perentorio que la mujer reciba RESPETO. Sí, respeto, porque si una mujer es respetada, va a tener todas las otras cosas. Si es respetada, no será esclavizada; no será maltratada; no será explotada; no será comprada ni vendida; no será prostituida; no será mutilada; no se le impedirá formarse; se reconocerá su trabajo; tendrá recursos; tendrá… lo que necesite.

Respeto. Parece algo muy simple, pero, con honrosas excepciones, muy pocas mujeres son respetadas.

Reflexionando sobre el porqué, indudablemente la hegemonía masculina tiene mucho que ver… no se puede mantener una hegemonía si se considera a los otros –en este caso, las otras- como iguales en cuanto a valía. Ahora, si la especie se convence de que las mujeres valen menos, tienen menos capacidades, son seres inferiores, entonces sí se les puede esclavizar, domesticar etc.

Sí, todo esto es cierto. Pero hay un ‘pequeño detalle’ que habitualmente se tiene poco en cuenta: el respeto hay que ganárselo. Y para ganárselo, lo primero que hay que hacer es respetarse una misma.

¡Ahhhh! Pues ya no está tan fácil la petición, porque somos nosotras, las mujeres, las primeras que no nos respetamos. Y si nosotras no nos respetamos, ¿cómo vamos a exigir respeto por parte de los varones? Es más, educamos a nuestros hijos e hijas para que todo siga igual, tanto de palabra como con el ejemplo. ¿Qué niño va a respetar a las mujeres cuando ve que su padre no respeta a su madre y que ella no hace nada al respecto? ¿Qué niña se va a respetar a sí misma viendo cómo su madre acepta ser la sirvienta de su padre, por ejemplo? Como mucho, tratará de ser como su padre, masculinizándose, para salirse del rol femenino que considera inferior.

¡Hay tantas faltas de respeto a nuestro alrededor! Algunas son fácilmente detectables: violencia, descalificación, gritos, insultos… Otras, son mucho más sutiles, pero también mucho más frecuentes, por ejemplo: No tener en cuenta la opinión; permitir sacrificios, renuncias al hacer propio para que él pueda realizar más cómodamente el suyo; dar por sentado que la que tiene la obligación de ocuparse de los hijos es ella; dar más importancia a los estudios o a la carrera profesional de él; consentirse actitudes que, aunque no claramente violentas, generen miedo en la mujer y ésta no pueda expresar lo que piensa o siente… En fin, ‘lo normal’ y cotidiano que vemos en las relaciones entre hombre y mujer, en general.

Es evidente que el varón tiene que cambiar mucho para que se instaure el respeto como actitud habitual en la relación. Pero también la mujer tiene que realizar profundos cambios. Si ella no se gusta, difícilmente gustará a los demás; si ella no se quiere, ¿cómo esperar que la quieran?; si ella no se valora será minimizada; si ella no se respeta, profunda y ampliamente, no puede ni pensar que va a ser respetada.

Por tanto, para este día de reyes, la petición fundamental es hacia nosotras mismas. Tomando consciencia de cuándo nos están faltando al respeto y no consintiéndolo, abriremos la posibilidad de que el varón cambie en este sentido.

¡Que pasen un feliz día de Reyes!

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