lunes, 23 de junio de 2014

¿UNA TERCERA JORNADA LABORAL?

Por Inspiración Femenina

Tras ver un millón de veces lo que se supone que es ser mujer o ser femenina nos lo hemos creído. Ya lo dijo Goebbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Generalmente hablando nuestra identidad de género está basada en una acción performativa que hemos visto repetida muchas veces. Esta imagen se produce y se reproduce una y otra vez, y situada en un contexto X cobra sentido y se convierte en una realidad irrefutable y parece algo natural, “de toda la vida”.  Lo mismo ocurre con la expresión corporal y lo que se considera bello. Hoy en día para ser una mujer guapa hay que medir 90-60-90, tener la cara sin arrugas, y un largo etcétera que todas conocemos. Antaño, como ya vemos a través de Rubens, el modelo de belleza eran las mujeres grandecitas, con celulitis y demás. 


 Entonces, un cuerpo se presenta como modelo de referencia las suficientes veces y se le acaba reconociendo y cobra credibilidad en el mismo contexto que simula. Se cultiva una plantilla que con el tiempo se convierte en representante de la belleza ideal y que a causa de la exaltación de la sociedad de la belleza se convierte en la condición del cuerpo femenino por antonomasia. Claro, si no se hace más que cultivar y confirmar el “cuerpo perfecto”  como la norma, cualquier cosa que le sea un poco diferente será rechazado, es decir, los “cuerpos reales” son excluidos. Antes la presión era más sutil, sin embargo ahora se nos bombardea con imágenes de cómo tenemos que ser y comportarnos constantemente. El hacer de la mujer y su cuerpo un objeto por parte de los medios de comunicación no hace más que reproducir este pensamiento. De esta manera se nos trata como cosas, algo sin autonomía, sin voluntad y sin sentimientos… Si nos fijamos un poquito es fácil ver cómo en las fotos de anuncios de moda o perfumes en los que se utilizan a mujeres, siempre nos pintan como meras partes corporales, o de una manera humillante, o algo sin voluntad…








Creemos de importancia ser conscientes del poder que ejercen los anuncios sobre nuestra manera de pensar y sobre nosotras… Los anuncios son más que fotos o carteles en edificios, en revistas…son propuestas. Son propuestas e ideas de formas dentro de las cuales tenemos que caber. Crean una imagen de lo que es normal. Si no somos jóvenes, bellas, sexualmente activas y liberales, si no tenemos una buena condición física, un cuerpo entrenado…Si no tenemos estas cosas tenemos un espacio muy pequeño en la sociedad actual en donde estos son los máximos valores de lo que tiene y cómo tiene que ser una mujer.



Curioso es que justo en este siglo XXI, con todos los avances que tenemos, “la gran libertad de la que disponemos” y la relativa facilidad social de igualdad entre hombres y mujeres (por lo menos en grandes partes de occidente) es cuando más presión hay sobre nuestro físico, nuestra imagen. Con todas las posibilidades que tenemos a nuestra disposición y alcance es curioso cómo no nos sentimos tan libres…y puede ser que las cosas más banales y simples sean aquellas que más opresión estén ejerciendo sobre nosotras. Moda, maquillaje, cuerpo, pelo…pareciera como si estas cosas dictan nuestro comportamiento. Creemos que puede haber una conexión entre la liberación de las mujeres y los cada vez más altos e inalcanzables ideales de belleza opresivos. El bombardeo de imágenes que nos llega a través de por ejemplo las revistas crean un tipo de mujer inalcanzable, lo que crea ansiedad en nosotras de no poder vivir de acuerdo con la norma…lo que pasa es que esa norma es falsa. Perseguimos un gol inalcanzable y al no alcanzarlo pensamos que no tenemos el control suficiente de nuestros cuerpos y esto conduce a una necesidad de mayor control.
También hay que estar alertas con las tecnologías que en sus productos introducen símbolos y valores que se consideran femeninos en el intento de seducir a la mujer para que compre, y normalmente estos productos no hacen más que reproducir una idea ya normalizada de cómo tienen que ser las cosas. La propaganda tiende también a restringir nuestras formas de expresión, es decir, marcan pautas en cuanto a qué conviene desarrollar y qué no, y todo lo que no esté dentro de esas cuatro paredes uno tiende a dejarlo un poco de lado. Todas las imágenes que nos llegan a través de la propaganda facilita ciertas formas de interpretación y en realidad lo que hacen es reafirmar el orden de cosas, nuestra manera de verlas. Es decir, los medio de comunicación forman nuestra visión del mundo, de nosotras y de lo demás.
Naomi Wolf en su libro “The Beauty Myth” analiza cómo las mujeres estamos afectadas por varios mitos en diversos aspectos y áreas de nuestras vidas y cómo esto es resultado de relaciones de poder y deseos de beneficio. Habla entre otras cosas sobre los productos para el cuidado de la piel y cómo todo este proceso acaba siendo una tercera jornada laboral. Seguimos ciertos rituales de limpieza, que si el exfoliante, que si el limpiador, que si el tónico, la crema hidratante, etc, etc …Un ritual que realizamos por las mañanas y por las noches y en los que empleamos mucho tiempo. Tenemos la jornada laboral que realizamos en nuestros respectivos trabajos, luego la segunda en cuanto al cuidado del hogar y el tercero sería el tiempo restante que empleamos trabajando en nuestra belleza…lo que conlleva tiempo y energía que en realidad puede estar quitándonos tiempo para la dedicación a otras actividades.

Creemos que ser conscientes de esto es importante…Ser conscientes de hasta qué punto estamos utilizando nuestro tiempo en perpetuar unos parámetros de belleza y de maneras de ser que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestras vidas… Con esto no queremos decir que dejemos de hacerlo; el cultivo de la belleza es un aspecto importante y que además conlleva una dedicación y tiempo, pero sí replantearnos qué tipo de belleza y de ideales son los que estamos perpetuando y hasta qué punto somos conscientes o no de ello.



lunes, 16 de junio de 2014

A PROPÓSITO DEL ACOSO SEXUAL EN LOS MEDIOS DE TRANSPORTE…

Por: Inspiración Femenina



Esta semana queremos hacernos eco de un tema que nos toca a las mujeres muy de cerca, nos estamos refiriendo al acoso en el transporte público.
La idea de plantear este tema ha surgido a consecuencia de una película que hemos visto recientemente titulada: “678”, que también la podrán encontrar como: “El Cairo 678”.
Puede ser que parezca extraño, trae este tema hoy siglo XXI, y más aún si vives en un país “desarrollado”, donde se supone que la “seguridad” de la mujer está a mayor resguardo. Sinceramente no creemos que sea así, da igual en qué lugar nos encontremos, simplemente por el hecho de ser mujeres ya somos una excusa de atracción y provocación para el masculino.
El tema de las agresiones sexuales en los medios de transporte – bus, tren, etc.- de todo el mundo está en debate, al menos en América Latina.
Hemos querido traer unos datos al respecto: En la ciudad de Sao Paulo desde que ha comenzado el año, hasta mediados de marzo, se han registrado 20 casos.
En México 9 de cada 10 mujeres sufrieron violencia sexual en el metro durante 2009; en Bogotá se realizaron 109 denuncias en el mismo año y en Argentina, durante 2012, el 6 por ciento de los casos de violencia contra mujeres se cometieron en el transporte público.
Todo esto ha llevado que en distintas ciudades como por ejemplo en México DF –desde el 2004-, la ciudad haya implementado el utilizar vagones especiales para mujeres en las horas pico.
En Río de Janeiro hay vagones especiales para mujeres desde 2006. Funcionan todos los días y en todo momento, no solamente en las horas pico, aunque no siempre los hombres cumplen con la disposición, según se denuncia en algunos medios locales.
Esto nada más son unos ejemplos, pero si desean buscar más información lo pueden hacer en internet.
Con este panorama cabría preguntarnos si realmente existe esa consciencia social de que la mujer y el hombre puedan ser entidades que aspiren a vivir sin el acoso, sin el grito, sin el miedo al varón.
Ya hemos hablado en otras ocasiones en cuanto a la violencia sobre la mujer, este es, por así decirlo, otro aspecto más
La mujer es un continuo objeto de deseo por parte del varón, y lo que tiene que hacer es no exponerse a esas situaciones. Y cuando decimos no exponernos es tener en cuenta, por ejemplo, mi forma de vestir, de pararme; en definitiva tomar consciencia que si voy con una minifalda y con un escote hasta el ombligo, muy probablemente me digan algo.
Perfectamente podríamos plantearnos la pregunta: “¿es que yo no puedo exhibir mi belleza?” Ya, pero es que tú la belleza la exhibes de una forma provocativa. Es decir, tú sabes que eso va a provocar en el individuo una relación de atracción. Y muchas veces lo que se pretende con esa actitud es tenerlos enganchados o te agrada en alguna medida que vaya detrás de ti. Pero tú sabes que si tú cortas ese cortejo –que no lo tenemos que hacer nosotras- eso no ocurre. Es como los animales en celo, si no hay celo tu no persigues a quien te da motivo de celo.
Sabemos que es un equilibrio muy complejo, muy difícil de establecer, y muy difícil de analizar, tal y como está evolucionada hasta ahora la especie.
No sabemos qué clase de individuo es un varón que cuando tiene una imagen de determinada atracción pierde el criterio, pierde el punto de vista,  y se lanza como una bestia… ¿Qué es eso? ¿Eso es un hombre? Habría que redefinir qué es un hombre.
Quizás ese comportamiento sea algo muy ancestral que está más profundo de lo que parece –en todas las culturas-.
Creemos que es tarea y responsabilidad de todos, tanto de hombres como de mujeres, el cambiar esta situación.
Hasta que le hombre, el varón, no deje de ver a la mujer simplemente como un objeto sexual; no dejen de hablar entre ellos despreciativamente de las mujeres, o interesadamente de las mujeres si están en edad sexualmente admitida, la situación no va a cambiar. Porque eso también es un acto de violencia sobre la mujer, aunque no haya ninguna mujer ahí, porque los pensamientos, palabra,  ya indica que yo tengo una determinada actitud.
Es tare nuestra como mujeres establecer un mejor sistema de referencia, defensa, convivencia. Y es tarea de los hombres que sean especialmente cuidadosos, en torno a cómo tienen que actuar, en cualquier aspecto.
Desgraciadamente se ha establecido ese vínculo, evidentemente todos tenemos nuestra parte, pero la parte más trascendente la tiene el hombre porque él ha creado esas condiciones.
Esas condiciones no son unas condiciones como nos quieren hacer ver los filósofos, políticos, las leyes, los juristas, las religiones, un estado natural. No. Eso ha sido un estado desarrollado por el pensamiento masculino para tener un mayor y mejor provecho sexual de la mujer, se ha instaurado así. Eso es un análisis sociológico cultural.
Si los responsables no son capaces de hacer esta lectura, muy difícil que la situación cambie; porque la fuerza que pueda ejercer la mujer es una fuerza habitualmente del mismo carácter que el masculino. O sea, ella no va a ejercer una fuerza en femenino – que eso sería peligroso para los intereses masculinos-; ella va a ejercer una fuerza en plan masculino… y va a ir a un tribunal masculino,  y va a haber un juez masculino.
En la medida en que la mujer va descubriendo su naturaleza, va descubriendo sus peculiaridades, sus particularidades, etc.; eso puede sensibilizar al hombre para que él modifique también sus ópticas.
En esa medida el hombre sí puede cambiar su óptica y dejar de masculinizar todo lo que toca, y simplemente disfrutar de lo que toca… Sin pretender ningún tipo de igualdad que esa es la gran trampa, que ha creado el hombre.
De momento la única salida que tenemos ante esta situación es la huida. Sí. Tratar de evitar por todos nuestros medios el tener que enfrentarnos a situaciones embarazosas y desagradables.
Tal vez si, tanto hombres como mujeres, comenzamos a tomar consciencia de todo esto, podamos dar un vuelco al camino que de momento ha tomado nuestra sociedad, de que los hombres vean a la mujer simplemente como una propiedad y hacer de ella lo que les dé la gana.

viernes, 13 de junio de 2014

¿Existe 'el hombre'?

Parece que se está poniendo de moda que los varones se cuestionen a ellos mismos… Hace una semana publicábamos un artículo en el que el autor relataba cómo su hijo adolescente había tomado consciencia de que tenía muchos privilegios por el hecho de ser varón, y que proponía que todos los hombres deberían ser feministas…  Ayer publicábamos una referencia a un libro escrito por un varón, en el que ponía de manifiesto las trampas de la igualdad… Hoy queremos darle voz a otro varón, que nos habla del modelo de masculinidad al que estamos sometidos todos, ellos y nosotras; hace un análisis de por qué este modelo es carcelario para ‘ellos’, y sugiere ir buscando nuevos modelos de masculinidad.
Artículos y estudios de este tipo, abren puertas de esperanza para todos. Por supuesto que son opiniones minoritarias, pero el mundo siempre ha ido evolucionando a base de minorías que han abierto puertas a otras posibilidades. 


La imagen, por supuesto, no pertenece al autor del artículo, sino a uno de esos modelos de varón que parece ser que no existen en realidad... Paul Newman.
El autor del artículo: Ruben García Sanchez, es psicólogo especializado en sexología, género e inteligencia emocional. Trabaja sobre el tema de "nuevas masculinidades". Les dejamos el link de su artículo: ‘El hombre no existe’:

miércoles, 11 de junio de 2014

LAS MESERAS QUE BUSCAN CAMBIAR LA IMAGEN DE COREA DEL NORTE

Por: Lola Bahr




Aunque la noticia aparece como una novedad, estas meseras son conocidas desde que se inauguró en el 2003 el primer restaurante.

Al investigar un poco sobre esta cadena de restaurantes hemos descubierto que el dueño de esta cadena era el líder norcoreano Kim Jong-Il, pasando ahora a su hijo sucesor Kim Jong Un.
De entre los empleados de estos famosos restaurantes las famosas son las meseras, las camareras. Mujeres entrenadas para dar la mejor calidad de servicio y cambiar así un poco la imagen del país, al menos eso nos dicen las noticias.
Cantan, tocan distintos instrumentos de música, danzan y sirven las mesas con impecabilidad.

De la Universidad estatal de las Artes reciben la mejor educación, las más talentosas serán elegidas y servirán en estos restaurantes. Cabe pensar que las entrenan exclusivamente para esto, pero realmente no es una información que se de detalladamente.
En algunos artículos también comentan que las chicas son ofrecidas a algunos clientes, no sabemos con qué fin!

Estas mujeres están permanentemente vigiladas y no pueden salir fácilmente del recinto, ya que en el mismo edificio que trabajan también viven.

Hay teorías de que están puestas allí con motivo de espionaje para averiguar secretos de estado, de ahí que con sus talentos hipnoticen para luego poder acercarse a los clientes sospechosos y sacarles información.

Se le ha podido preguntar a alguna de ellas si le gusta trabajar en el restaurante y dice que no, que le gustaría volver con su familia a su ciudad natal.

No dicen exactamente las edades que estas chicas tienen, ni los sueldos que reciben, pero lo que sí podemos ver es que una vez más, la mujer es utilizada como producto; un producto bien formado, claramente definido y expuesto para que otros lo usen a su antojo y conveniencia.

Les dejo la noticia para que puedan saber algunos detalles más de estas meseras, que por el titular me entusiasmé pensando que era algún proyecto novedoso de mujeres y tristemente vemos que no es así; detrás de las “meseras que buscan cambiar la imagen de Corea del Norte” no hay mujeres emprendedoras, hay mujeres esclavizadas por hombres.





lunes, 9 de junio de 2014

“LA OTRA VERSIÓN” DEL DESEMBARCO DE NORMANDÍA.

Por: Inspiración Femenina




El día 6 de junio se conmemoró el 70 aniversario de un cambio en la historia del mundo, o al menos ese es el titular…el desembarco de Normandía por parte de soldados norteamericanos cambió el rumbo de la segunda guerra mundial, y consiguieron liberar al mundo del yugo nazi.

Este aniversario probablemente sea el último al que acudirá un número significativo de veteranos supervivientes de la batalla. Aquellos que entonces eran adolescentes, ahora tienen en torno a 90 años. El resto están en su décima década. Esta, puede ser, quizás, la razón principal por la que hemos visto en Normandía este 6 de junio a tantos miembros de familias reales, presidentes y jefes de Gobierno.

Tristemente, después de 70 años, tenemos que preguntarnos no solo como mujeres sino como ciudadanos del mundo y merecedores de la dignidad humana que nos corresponde, si realmente ese suceso histórico logró cambiar algo en el mundo.

Creemos que no, nada ha cambiado desde entonces, siguen los conflictos armados, siguen las matanzas, siguen los ocultamientos y mentiras, y también siguen los lideres políticos haciéndonos girar nuestras miradas hacia celebraciones y boatos que son como el fuego fatuo, vacíos de verdad y de liberación, por mucho que se empeñen en adornarse como los más altos mandatarios de la Tierra a los que vemos dándose palmaditas mutuas por lo bien que hacen las cosas.

La versión oficial de la historia nos contaría y aún nos cuenta que nunca antes se había puesto en marcha una operación marítima de la envergadura de aquel día. Cuando los soldados  se embarcaron y partieron hacia el Canal de la Mancha, la visión de más de 5000 naves era asombrosa. Los pilotos de los miles de aviones que participaron apenas podían contar lo que contemplaron. También fue un especial momento emocional para todos los aliados, soldados de 30 naciones diferentes. Para Estados Unidos era un momento de suprema obligación, una vez más acudía al rescate de una Europa que estaba devastada por la guerra.

La prensa militar estadounidense “relató la Liberación como una historia de amor, fotografió a soldados norteamericanos besando a jóvenes francesas”, escribió la historia según sus ideales, y “luego lanzó el mito del militar estadounidense como el ‘salvador’ de una nación de mujeres”.  
Pero hay otra versión, no menos asombrosa que pone los pelos de punta. Una versión negada y ocultada, y como siempre que algo no interesa corresponde al ámbito de especulaciones por parte de aquellos que se empeñan en menospreciar la heroicidad de unos hombres que lucharon altruistamente por liberar a otros que estaban oprimidos.

Quizás la verdad no sea ni tan heroica, ni tan altruista, porque aquellos hombres, convertidos en soldados norteamericanos gracias a sus uniformes militares, acudían a Normandía con la promesa de una recompensa sexual. Sin duda, a tenor de los sucesos posteriores a la victoria, el sexo estaba en la mente de los libertadores. Se hizo incluso propaganda militar y reportes de prensa pintando a Francia como “un tremendo burdel habitado por 40 millones de hedonistas”

El resultado de esto fue ciertamente catastrófico, aunque la mayoría de ustedes nunca oyeron hablar de ello. Las cifras, que gracias a la apertura de los archivos militares, que estuvieron cerrados bajo siete llaves durante bastantes años, así lo describen. Según esos documentos a finales de junio de 1944, tres semanas después del desembarco, 175 soldados norteamericanos fueron acusados de violación. Algunos de ellos fueron colgados inmediatamente en el lugar de los hechos, tras ser condenados por un consejo de guerra. Ninguna de estas escenas fue fotografiada nunca, porque estaba prohibido de manera terminante.

Uno de los que más saben de esta “otra versión” es el sociólogo y criminalista J. Robert Lilly, porque se ha dedicado a estudiar los documentos relacionados con los consejos de guerra de esta época. Según sus investigaciones, en el periodo de 1942 a 1944, cuando las tropas norteamericanas estaban en Gran Bretaña ya se produjeron 2500 violaciones o asesinatos. En Francia aumentaron hasta 3500 en tan solo un año. Y se multiplicaron en territorio alemán, donde constan más de 11.000 casos.

De todo esto, solo el 5% de las violaciones practicadas fueron denunciadas. También dice este investigador que las prácticas de este tipo de criminalidad no son solo de los soldados estadounidenses, el ejército alemán practicó la violación a gran escala en toda Europa, el ejército soviético es responsable de centenares de miles de crímenes sexuales y los mismos soldados franceses violaron a miles de mujeres durante las campañas de Italia y Alemania.

Todo se tapa, todo se oculta tras una escalofriante falta de escrúpulos por parte de quienes lideran nuestros países y por ende por quienes promueven las guerras. ¿A nadie le interesa el sufrimiento innecesario de aquellas que acaban siendo verdaderas victimas sin posibilidad de defensa? Los hombres juegan a la guerra con un espíritu de conquista y poder mortíferos, y en ese juego, tal vez como en el mismo juego de la vida, las mujeres son meros objetivos a alcanzar.

No se publica, no sale en imágenes, pero no existe una sola batalla donde el ultraje a la mujer no acabe siendo parte del botín de guerra de los vencedores. ¿Hasta dónde puede llegar la infamia de tantos desalmados como habitan este mundo? Para que se den cuenta de la bajeza de los que se colocan así mismos como guardianes del honor y de los más altos valores. De aquellos sucesos de hace 70 años, el 80% de los condenados a muerte en los consejos de guerra, que obviamente se montaban deprisa y corriendo, eran negros, aunque paradójicamente los soldados de color solo representaban un 10% de todo el contingente militar. La segregación y el racismo eran, sin duda, una realidad tan brutal como lo que les hemos contado, y tan oportuna como para dejar  a lo soldados blancos libres de toda culpa.

Y hoy, después de 70 años, sumando más y más vejaciones a esas desoladoras cifras, al señor François Hollande, presidente de la Republica Francesa  le hemos podido escuchar dar las gracias a los norteamericanos por lo que hicieron, diciéndoles que son un ejemplo para las nuevas generaciones. Pero nadie dice nada acerca de condenar las violaciones y depravaciones que los soldados de todos los ejércitos  del mundo cometen contra las mujeres de todos los países en guerra.

¿Es que a nadie le importan las mujeres? Entendemos que los hombres que odian al género femenino no van a pronunciar ningún discurso reclamando un poco de sentido común, pero que tampoco lo hagan aquellos hombres que dicen amar a las mujeres es todavía –si cabe- más desolador.

Puede ser que no exista esperanza para una especie como la nuestra, si ni los hombres que dicen amar a las mujeres plantan cara a sus congéneres. Aquellos que aborrecen, sin saberlo, una parte íntima y profunda de si mismos, pues ellos tienen madre, quizás hermanas, esposas, e incluso hijas que serán violadas y ultrajadas en el cuerpo y en la mente de cada una de las mujeres que ellos violen.

Ni tampoco las mujeres que forman parte de las estructuras de poder, aunque sean vagas sombras del poder de los hombres, se pronuncian, ni exigen una regulación, un acuerdo, una ley de inviolabilidad, que todo el mundo cumpla. Del mismo modo que se cumplen otras normativas no menos complejas, si hubiese voluntad ya no estaríamos aquí y ahora hablando de esto.

Esto es responsabilidad de todos, el mundo humano no podrá sobrevivir sin enfermar y sufrir terriblemente si no comenzamos a pronunciarnos acerca de estos criminales hechos.
Queremos que se investiguen porque son crímenes de guerra, queremos que se persiga a quienes incumplan los derechos humanos, queremos que se ame a las mujeres porque en ello nos va la vida a todos.