jueves, 28 de mayo de 2015

EL PAPA FRANCISCO Y LAS MUJERES


por Milagros García-Bueno

Con motivo de una Audiencia General realizada por el Papa Francisco el pasado 29 de Abril, hemos leído en la revista italiana “Grazia” un artículo donde se cuenta que en dicha audiencia el Papa ha condenado la discriminación de las mujeres: “¿Por qué se da por descontado que las mujeres deban ganar menos que los hombres? Tienen los mismos derechos. La disparidad es un escándalo.” Dice que él ha aprendido a defender la dignidad de las mujeres gracias a su abuela Rosa y que ya en Buenos Aires luchaba contra el machismo típico de la cultura argentina y se interesaba por mujeres y madres, por sus sacrificios, sus dificultades a la hora de hacerse cargo de los hijos y el trabajo, el sufrimiento cuando eran maltratadas o abandonadas por l
os maridos o los padres.
Relata que, ahora también el Pontífice sigue sin estar de acuerdo con el machismo de la comunidad cristiana y en el programa de gobierno, que ha escrito, dice que: “Hay necesidad de alargar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”. Sin embargo, ante la idea de la posibilidad del sacerdocio por las mujeres dice: “El sacerdocio reservado a los hombres es una cuestión que no se pone en discusión”.
Se dice que en otra entrevista para la revista “Civiltà Cattolica”, critica a las mujeres que pretenden imitar a los hombres: “Temo la solución del “machismo en faldas”, porque en realidad la mujer tiene una estructura diferente a la del hombre. Y sin embargo los discursos que siento sobre los roles de la mujer son a menudo inspirados propiamente de una ideología machista”.
Culmina este artículo diciendo que para el Papa Francisco, la sociedad y la Iglesia deben de dar más espacio a las mujeres, pero respetando su cualidad “el genio femenino”, sin tener que imitar a los hombres y sin tenerlas apartadas. Como dijo el 8 de Marzo pasado “Un mundo donde las mujeres son marginadas es un mundo estéril. Porque las mujeres no solo traen la vida, incluso nos transmiten la capacidad de ver más allá, de entender el mundo con ojos diversos, de sentir las cosas con un corazón más creativo, más paciente, más tierno”.


Pues que cada quién tenga su criterio y esperemos que esta gran Institución, como es la Iglesia Católica, haga algo por las mujeres y no se quede solamente en un mecanismo para atraer feligreses, en estos momentos en que todo está en crisis, incluso la iglesia.

jueves, 21 de mayo de 2015

¿ESPÍRITUS CONFORMADOS ILEGALES?

Por José María y Matilde


Hoy traemos 3 noticias que aunque en principio parece que no tienen nada que ver, trataremos de reflejar qué tienen en común.
La primera versa sobre el cementerio de inmigrantes africanos sin nombre, en el fondo del Mar Mediterráneo: "No eran 700 los inmigrantes que iban en la embarcación que naufragó hace días a 130 km. de las costas de Libia; según narran los supervivientes, los dos niveles de la bodega del barco iban llenos de personas, al parecer mayoritariamente mujeres y niños.
Todo hace suponer que en el pesquero destartalado iban más de 900 inmigrantes, de los cuales sólo ha sido posible salvar a 28 y recuperar 24 cadáveres. El resto se da por desaparecido.”

La segunda noticia es referente a un nuevo documento filtrado sobre el TTIP:
“De acuerdo con una nueva propuesta filtrada de la Comisión Europea en las negociaciones en curso del TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión), las iniciativas legislativas de los estados miembros de la UE tendrán que ser previamente aprobadas en previsión de sus impactos potenciales sobre los intereses de las empresas privadas”

Y todo ello para proteger los intereses económicos del 1% de la población, dueños de las empresas transnacionales, a costa de la VIDA de los seres humanos del planeta, incluso del expolio y destrucción de la misma TIERRA que nos acoge y nos da la vida.
Y una tercera noticia:
100.000 normas en España, que se recogen en 1.200.000 páginas, que asfixian al 99% de la población. Porque es imposible cumplirlas, por puro desconocimiento. Y que nos convierte, a ese 99% de personas, en ILEGALES.
La producción legislativa es de tal magnitud que un ciudadano necesitaría 24 horas del día para leer por encima las miles de páginas de literatura dispositiva que lanzan los organismos.
Hay casi 100.000 normas europeas en vigor. muy complejas y además, cambiantes. Obviamente esto es aplicable, aún sin poder dar datos de otros países por falta de espacio, a cada lugar del planeta donde miremos puesto que el Nuevo Orden Mundial está uniformizando el Planeta.
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La primera noticia nos habla de muertes de inmigrantes africanos, cuyo delito es la pobreza, no tener lo más básico para vivir (según el ministro de AA.EE. español, en entrevista en la Cadena Ser el 19/5/2015, la diferencia de renta entre Europa y África  es de 15 a 1). O que huyen de sus paises por persecución política, o que huyen de la guerra en sus paises, fomentada desde Occidente y que utiliza armas vendidas también por Occidente, que no sólo genera pingues beneficios por este hecho, sino tambien por la posterior reconstrucción necesaria. A esos seres de humanidad  el sistema imperante les llama ilegales.
La segunda nos habla de  los acuerdos económicos de la UE, donde ¡sólo! parece importar lo económico, no lo humano, con la consiguiente pérdida de derechos sociales.
La tercera nos indica la absoluta imposibilidad de cumplir la ley que ese mismo sistema dicta.
Si este sistema contempla lo económico por encima de lo humano, se declara "legalmente" a seres humanos como ilegales. y los que creemos ser legales, ineludiblemente estamos practicando la desobediencia civil, ante la imposibilidad manifiesta de cumplir las leyes, deducimos que finalmente:
 TODAS  Y TODOS SOMOS ILEGALES

Llegados a este punto nos preguntamos ¿acaso la VIDA considera a algún ser de la Creación como ilegal?.
¿Podríamos considerar, por lo dicho anteriormente, que siendo como somos, Espíritus Conformados , ese Poder imperante asfixia cualquier posibilidad de vida tanto de la forma como del espíritu, puesto que vivimos permanentemente en ese miedo que se nos genera desde casi cualquier instancia que miremos?. Miedo a perder el trabajo, miedo a perder mi casa, miedo a perder la salud, miedo a que nos atraquen, MIEDO A PERDER, A PERDER, A PERDER...
Creemos que es urgente que empecemos a plantear y a trasladar nuestra consciencia a otras perspectivas. Pero ¿hacia dónde?, ¿cómo podemos conseguir que entre algo de aire fresco por algún sitio y de alguna manera? para dar cauce a ese proyecto Celeste que somos cada ser y, además, cumplir con ese débito que, como Humanidad, tenemos pendiente: desarrollar el Principio Femenino.
Ese Principio Femenino que genera vida, que custodia, que cuida, que alberga y apoya a cualquier ser. En suma, que es posibilitante y no excluye a nada ni a nadie, que permite a cada ser desarrollar aquello que la Creación pensó para él.
Ya hemos llegado al borde del abismo. Da la sensación que a estas alturas ya sólo queda la opción de la desaparición de nuestra especie ¡pero! también podemos tener el coraje de saltar a ese abismo.
Y un problema muy serio va a ser nuestra propia mente racional que nos impide ver otras posibilidades. Mejor dicho, ese cerebro izquierdo-racional-lineal que tan desarrollado tenemos, frente al hemisferio derecho-emocional-artista.
¡Pero, no nos debemos permitir estar encarcelados por la mitad de nuestro propio cerebro!, ni tan siquiera eso, por ése menos del 10% que hemos desarrollado. Es necesario un esfuerzo, coraje y un cierto desparpajo para tomar consciencia de que en nuestra mente hay algo que es ¡o puede ser! libre.
Puede volar, puede viajar, puede crear, puede, puede, puede... todo aquello que seamos capaces de imaginar. Si hemos sido creados por algo infinito como es LA CREACIÓN, nosotros también tenemos, somos parte, de ese INFINITO.


En lo formal nos movemos, mejor dicho estamos aprisionados, por esa desobediencia civil a la que ya estamos condenados, pero nuestra mente PUEDE crear cualquier posibilidad. Nuestro Espíritu es libre y no hay leyes que puedan someterlo, o así debería ser. ¿Qué sucedería si cada vez mayor cantidad de gente en todo el mundo ejercieran esa capacidad hacia el servicio, hacia la ternura, hacia el arte, hacia la inclusión de cualquier ser humano y no la exclusión, como normalmente hacemos?.
No se trataría de hacer una Revolución social. Cualquier revolución que revisemos sólo ha servido para que unos suplanten a otros en el ejercicio del poder y no hay más que observar cómo está la humanidad. Planteamos una posibilidad: la revolución del propio Espíritu.
Ya sabemos que  cuando algo o alguien cambia, todo el entorno inevitablemente también cambia (ya sea que se hable de organismos, grupos, personas, células, … ).  Eso sería una opción.
¿A alguien le apetece volar?


miércoles, 13 de mayo de 2015

La maga que viajó al futuro y trajo buenas noticias para las mujeres



Recopila : Amapola Mojica
 A través de las redes sociales pude leer esta historia, me llamó la atención,  tanto que desee compartirla.
Soy una mujer de 40 años y me gusta proyectarme al futuro, no por miedo,  si porque me gustaría que la historia de mi generación fuera distinta a la habitual. Me gustaría no repetir la historia de mis abuelas, tías o amigas, o de muchas mujeres que tienen 60, 70, 80 años y no precisamente disfrutan la vida, por causa de su edad y su estilo de vida.
Conozco igualmente algunas mujeres que ya han dado cambios y se atreven a plantear una vida distinta a los estereotipos,  mujeres maduras y ancianas, o como mejor dicho mujeres antiguas.
En el siguiente reportaje se nos relata la propuesta de un grupo de  mujeres buscando, indagando, proponiendo, un estilo de vida diferente. Sus palabras me gustan porque recogen  la experiencia de algunas de ellas, algunas han sido feministas y reflexionan sobre como el ser feminista ha cambiado del siglo pasado para este, se plantean un futuro de jóvenes que ya aprendieron lo que ellas vivieron y pueden generar nuevas propuestas, plantean que hay una evolución en las generaciones de las mujeres. Es un reportaje bello porque las mujeres hablan para todas las edades y las razas, eso siento.. Aprender de lo ya vivido para mirar al futuro, sin prejuicios,  contemplando la historia de la mujer...
LINK
http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/viajado-vejez-mujeres-buenas-noticias_0_1526247367.html

La maga que viajó al futuro y trajo buenas noticias para las mujeres
Para Thérèse Clerc, la menopáusica rebelde, envejecer es una fiesta
Por: Alba Muñoz, jueves 30 de abril de 2015


Estás desnuda dentro de una bañera blanca. Tu piel parece haber caducado y sobre tu hombro cae un mechón blanco. Tus pies son una extraña caricatura del pasado y lo palpas: nadie ha regado tus pechos durante mucho tiempo. Han pasado 40 años.
De repente te abrazas, te hueles. Cierras los ojos buscando tus huesos jóvenes pero encuentras una sospecha: aún eres libre dentro de tu traje. Sí, aún eres feliz. 
Thérèse Clerc es la bañera blanca, y conversar con ella tiene ciertos efectos.

Esta activista francesa de 86 años está en Barcelona con motivo de la Muestra Internacional de Films de Mujeres. La joven cineasta Adèle Tulli la acompaña: ha rodado un documental sobre su figura titulado Menopause Rebel.
A Thèrese le gusta que la conozcan así, como "la menopáusica rebelde", pero el mote le quita importancia. Thérèse tiene el poder de viajar al futuro, pero sólo al futuro de las mujeres.
A lo largo de su vida lo ha conseguido dos veces. La primera fue en mayo de 1968.
Thérèse se acaba de divorciar de su marido, con quien se había casado a los 20 años. También tenía 4 hijos. De pronto vio cómo las calles de su pueblo se llenaban de jóvenes revolucionarios. Y había mujeres, muchas. Iban despeinadas, gritaban cosas bárbaras que hacían reír: "Eran insolentes como mariposas que acababan de escapar".

Thérèse salió a la calle y se unió a las marchas de los estudiantes, dijo palabrotas, hizo amigos en los sindicatos de izquierdas: decidió que era feminista y que iba a luchar por la libertad de las mujeres. Ella nunca había gozado de tanta: "Era como cambiar de planeta".
Poco tiempo después Thérèse se enfrentó a una situación insólita: de pronto, no le venía la regla. A sus 46 años, había llegado el momento de la menopausia.
No tenía miedo de quedarme embarazada y empecé a disfrutar plenamente de mi sexualidad
Al principio estaba confusa: ¿tenía que sentirse vieja justo en ese momento de liberación? ¿todo había terminado?
Al contrario: "No tenía miedo de quedarme embarazada y empecé a disfrutar plenamente de mi sexualidad: hice el amor con mujeres, con hombres. Un cuerpo liberado responde al placer de una forma asombrosa", ríe.
Pasó el tiempo. Los hijos de Thérèse se marcharon de casa y le dieron 14 nietos. Pero entonces su madre enfermó del corazón y tuvo que quedarse postrada en la cama. Thérèse la cuidó durante los siguientes 5 años.
"Empecé a pensar en mi propia vejez y sólo veía dos opciones: o hacerme vieja y acabar muriendo sola en casa, o ir a una residencia. Ninguna de las dos me pareció bien".
La segunda vez que Thérèse vio el futuro fue el año 2000, después de que su madre falleciera. Imaginó un hogar autogestionado sólo para mujeres donde retirarse y envejecer juntas: "Un lugar donde pudiéramos ser libres, basado en los principios de solidaridad, feminismo, ecología y laicismo". 
La vejez trata mejor a las mujeres que a los hombres. Tenemos entre los muslos un tesoro que se llama clítoris
Al principio todos se reían: "¿Una casa para mujeres viejas? ¡jajaaja! La administración no veía posible un lugar sin hombres. Y eso que las mujeres de mi generación cobran de media un 40% menos que ellos en forma de pensiones".
Todo cambió el verano de 2003: una ola de calor se llevó por delante la vida de 18.900 ancianos franceses. "Pedí al diario Le Monde que me entrevistaran y me dieron un tercio de página. Entonces el alcalde quiso hablar conmigo".
Cuatro años después, la Casa Babayaga abrió sus puertas en el pueblo de Montreuil: en ella viven 21 mujeres con pocos recursos que pagan un alquiler de protección oficial.

También hay zonas comunes abiertas al vecindario donde tienen lugar las actividades de una universidad popular, dedicada principalmente a transformar la percepción social de la vejez:
"Las mujeres viven de media 88 años, eso significa que la mitad de su vida no son fértiles. La sociedad se empeña en enterrarnos después de la menopausia, dejamos de ser productivas y reproductivas".
 Para ella es un momento de liberación: "Los hijos son mayores, los nietos campan y a menos que haya abuelos que cuidar, empieza un tiempo lleno de posibilidades. También seguimos disfrutando de nuestros cuerpos".
La vejez no es una enfermedad. Queremos envejecer de una forma diferente
El sexo en edades avanzadas tiene un gran potencial emancipador para Thérèse: "La vejez trata mejor a las mujeres que a los hombres. Tenemos entre los muslos un tesoro que se llama clítoris. Si hay deseo, nos sirve hasta la muerte".
Asegura, entre risas, que muchas mujeres que asisten a sus reuniones siguen descubriendo que pueden disfrutar del sexo sin su difunto marido: "Algunas incluso descubren el lesbianismo".
En los países occidentales, el envejecimiento progresivo de la población ha dado lugar a una nueva industria que Thérèse percibe como enemiga: "Cuando los médicos ven a alguien mayor, automáticamente ven a un enfermo. Quieren convertinos en clientes del mercado de la tercera edad, basado en la asistencia y la dependencia. La vejez no es una enfermedad, y queremos envejecer de forma diferente".

–¿Qué opina de las jóvenes actuales?
–Ya no tienen que pedir permiso para salir ni actuar. Me gusta cómo se esfuerzan en sus carreras y que no están tan centradas en la maternidad.
–¿Por qué cree que tantas chicas que están a favor de la igualdad entre hombres y mujeres se distancian del feminismo?
– Las feministas del siglo XX éramos muy radicales. Nuestras hijas se hartaron de que sus madres no estuvieran en casa, de oír hablar de la lucha. Puede que no transmitieran la conciencia política como nosotras. Es que en esa época sentíamos el peso de la Historia, ahora es distinto.
–¿Cree que el feminismo ha perdido fuerza?
–Las más jóvenes se dan cuenta de las injusticias, están creando una conciencia nueva. En Francia las Femen están mal vistas, pero a mí me parece bien lo que hacen, sobre todo su guerra contra la iglesia. ¡El pasado 8 de marzo se pasearon por la calle con velo musulmán y los pechos al aire!
–¿Cree que sirve de algo?
–Los hombres luchan con el puño en alto, las mujeres luchamos de forma más suave e inteligente. El camino es largo, pero nuestros cambios perdurarán. Ernst Bloch decía que la utopía es simplemente sembrar las semillas del mañana.
–¿Les da consejos a sus nietas?
–Les digo que allá donde vayan cuenten cuántos hombres y mujeres hay, y los puestos que ocupan. También les digo que estudien para ganar su propio sueldo, esa es la clave de todo. Ya habrá tiempo para príncipes poco encantadores. Pero claro, ¡se enamoran!
Thérèse se despide con una firme sonrisa, llenando a la redactora de besos de metralleta como los de cualquier abuela.

La vejez trata mejor a las mujeres que a los hombres
En el pueblo francés de Montreuil se halla la Casa Babayaga, un hogar autogestionado donde 21 mujeres mayores envejecen juntas.






domingo, 3 de mayo de 2015

Ser madre...

Por: Inspiración Femenina

El día de la madre es una festividad celebrada en distintos días del año en todo el mundo. Hoy se festeja aquí en España.
Ya los antiguos griegos celebraban este día coincidiendo con la festividad de la Diosa Rea, madre de Zeus, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se institucionalizó de manera internacional a lo largo de todos los países del mundo.
Quizás, la madre es la figura más importante en la vida de todo ser humano. Aunque no hayamos tenido una madre biológica que nos haya criado, seguramente ha habido alguna mujer en nuestra vida que nos haya aportado lo que normalmente nos aporta una madre: amor, referencia, seguridad y apoyo incondicional.
No existe una escuela que nos enseñe a ser madres; cada una va a aprendiendo por el camino y, aunque nos llenan de consejos sobre cómo hacerlo, lo cierto es que lo que le vale a una, quizás no le valga a la otra.
Las personas que ya han sido madres nos aportan toda su experiencia en torno a cómo hay que hacerlo, y esto se agradece, pero resulta que todos los niños son diferentes, y lo que sirve para uno, quizás no sirva para el otro. Esto lo podemos comprobar cuando tenemos más de un hijo.
Cuando se es madre, constantemente nos estamos replanteando nuestro hacer como tal, pensando que tal vez no lo estemos haciendo bien, que pudimos haberlo hecho mejor en determinada situación, y comúnmente se nos escucha decir: “No soy tan buena madre”. Y es que la responsabilidad de criar a otro ser con ideas y sentimientos propios, a veces nos queda grande.
Y nos viene grande sencillamente porque queremos meter a nuestros hijos dentro de un saco de patrones de comportamiento, dentro de unas reglas establecidas de “la buena educación”, dentro de una “normalidad” que es asfixiante, y que no permite una evolución adecuada del ser.
Si nuestra manera de educar está basada en comportamientos culturales, en lo que el niño debe y no debe hacer respondiendo a la sociedad, definitivamente no estamos siendo buenas madres. Y no decimos que los niños no deban tener un comportamiento apropiado para relacionarse con su entorno, pero debemos estar alerta en los valores que les inculcamos.
La manera que tiene esta sociedad de dominarnos y controlarnos está basada en meternos a todos en un patrón de comportamiento: todos tenemos que ser iguales; a todos nos tiene que hacer felices lo que dice la sociedad que es la felicidad; nos tiene que enojar lo que nos dicen que nos tiene que enojar… ¿Pero es que no nos damos cuenta de que todos somos diferentes?
Como madres, es nuestro deber ver esas diferencias en nuestros hijos y aportarles todos los elementos para que se puedan desarrollar en sus gustos y creatividades particulares. Esto sí es ser una buena madre.
Pero es que la sociedad también nos dice lo que es ser una buena madre, y dependiendo de lo que necesite el poder en ese momento, nos van a exigir un modelo de niños, u otro. Y nosotras seguimos aportándole a esta sociedad lo que necesita, en detrimento del desarrollo y la felicidad de nuestros hijos.
Les exigimos a nuestros hijos que sean hombres y mujeres de bien, doctores, ingenieros, abogadas, amas de casa… y si el niño quiere ser limpiabotas, por ejemplo, ponemos el grito en el cielo.
¿Es que acaso no nos importan los gustos y preferencias de esos seres a los que decimos amar incondicionalmente?
¿No nos valen las cifras escalofriantes de enfermedades mentales y depresiones en niños y adolescentes?
¿No será el momento de replantearnos nuestro hacer como madres?
Y tal vez sería bueno, como primer paso para lograr una educación liberadora, desatarnos de los nudos sociales que no nos dejan actuar como nos gustaría. Vamos a olvidarnos, de una vez, de “el qué dirán”, de esa vergüenza que nos da cuando nuestro hijo hace algo socialmente inaceptable: si “dicen”, pues que digan. ¿Prefiero hacer feliz a la gente o a mi hijo? No deberíamos dudar de la respuesta.
Nuestros hijos necesitan sobre todo nuestro amor; saber que, hagan lo que hagan, tendrán nuestro amor. El que pasemos más o menos tiempo con ellos no debería influir en este sentimiento; el amor “es y está”, pasemos 5 minutos con ellos o 10 horas.
Todos los seres humanos nacemos con una vocación, a veces clara, a veces no. Es nuestro deber como madres saber respetarla, fomentarla y poner todo al alcance de nuestros hijos para que puedan desarrollarla. Básicamente esa es la función de una madre: darles los elementos necesarios para que puedan desarrollar su vocación. Y después dejarlos ir a ejercerla.
Nosotras quizás hemos olvidado cuál era nuestra vocación, pero nuestros hijos están aquí para ayudarnos a recordar que un día tuvimos sueños; aprovechemos lo que tienen que enseñarnos ellos, más que tratar de manipularlos en un sentido que no les corresponde.

Nos liberaremos dejándoles libres a ellos…