lunes, 29 de julio de 2013

Las emociones de los hombres y las emociones de las mujeres


El modelo “macho alfa” es un modelo biológico que tuvo su razón de ser por una cuestión de supervivencia y de selección de especie. Hoy día, ya no tiene sentido, pero pervive y se nos muestra con el coche más grande, con la fuerza física, con un nivel económico importante. Pero en el fondo el mensaje sigue siendo el mismo: Mirad, mi falo es superior. ¡Elígeme!
Qué duda cabe que es un modelo desfasado, pero sigue funcionando para ellos y para las propias mujeres, que nos seguimos sintiendo atraídas por unos buenos músculos y por el chico subido a la moto.
Es tiempo de que emerja del varón una grandeza que no sea la fálica y en ello podemos colaborar las mujeres, manifestando abiertamente que esperamos otras cosas de las ya conocidas. Pero para ello las mujeres tenemos que dejar de comportarnos como “OSSI” (Objeto Sexual Sí Identificado) para que ellos empiecen a considerar que tienen que dejar de comportarse como “OSOS” (Objeto Sexual Obsoleto y Sobrevalorado).
El varón tiene sus emociones metidas en un cajón cerrado y va siendo hora de que lo habrá. Por nuestra parte, las mujeres también las tenemos en un cajón –abierto en nuestro caso- pero  lleno y desordenado, por eso somos tan confusas.
Tenemos que empezar a ordenarlo, poniendo nombre a cada sentir. De modo que si tengo un ataque de celos, no  quiere  esto decir yo le quiera más que nadie, es que estoy celosa,  siento comprometida mi valía y aflora mi miedo a perderle. Y si me cuenta su triste y dramática historia y comienzo a sentir una aluvión de cosas… ¡no es que me haya enamorado!, simplemente es que me aflora el instinto maternal de protección. Si me impresionan sus bíceps y abdomen, es que me atrae sexualmente y me sigo comportando como la hembra de la manada. Tampoco es amor.
Es, sin duda, el reto que tenemos hombres y mujeres, identificar nuestras emociones, darles –en base a ello- el trato que le corresponde y no usarlas para domesticarnos unos a otros. En definitiva, saber gestionar nuestro mundo anímico a través del cual podemos, sin duda, evolucionar, como en su momento lo hicimos a partir de la resistencia física.

1 comentario:

  1. Gracias, Gracias, Gracias!!! A'un siendo un tema delicado, con lo de OSOS me habeis hecho reir! Y el ver las emociones como un cajon desordenador, es tan grafico que facilitara la labor.
    Saludos a todo el grupo Inspirador.

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