viernes, 19 de julio de 2013

Mujeres contra mujeres

Por Selma Berrezouga. Torino, Italia

Hay una noticia que está dando la vuelta al mundo en estos días, pero que no es una novedad aquí en Italia, me refiero a insultos, racismo y xenofobia hacia la Ministra de la Integración italiana Cecile Kyenge del gabinete del primer ministro Letta, que por sus ideas políticas sobre la emigración fue duramente criticado (en particular por la nomina de la ministra de origen congolesa) por parte de diferentes exponentes de la Liga Norte (Partido político italiano nacido da la unión de seis movimientos autonomistas regionales de el norte Italia).

Roberto Calderoli, senador de la Liga Norte, vicepresidente de lo Senado, el sábado de noche mientras hablaba en un mitin dijo: “Yo me consuelo a mi mismo, cuando navego en internet y veo las fotografías de gobierno. Amo los animales, osos y lobos, como se sabe. Pero cuando veo las imágenes de la Kyenge no puedo dejar de pensar (si bien no digo que lo sea) que se parece a un orangután”.

Ayer en una entrevista radiofónica, Calderoli finge sorpresa por las reacciones a la broma que él ha definido “inocente” y agrega : “puede hacer el ministro, pero en el Congo, no puede hacer el ministro en Italia”.

Muchas personas en la esfera política piden su renuncia, pero quien sí ha tenido que dejar su “sillón” fue la consejera (del mismo partido de Calderoli) Dolores Valandro que su Facebook hace algunas semanas escribe: “¿Pero no hay nadie que viole a esta mujer?”, justificándose después diciendo: “ha sido una frase sin más, dicha en un momento de rabia. Cuando tengo un momento de enfado hablo sin pensar y me desahogo en ese modo. Pido disculpas, pero repito que fue en un momento de enfado, no soy una persona violenta”.

Es curioso que usa la misma arma que tanto condena, la violencia, una violencia verbal cargada de significado… y hacia quién?: una mujer.

Mujeres contra mujeres
En un momento donde lo que más necesitamos para crecer es el compartir, el ver que lo que sientes y vives es aquello que yo también siento y vivo… ¿realmente pensamos que estamos tan lejos una de otra? Así lejanas al punto de lastimarnos, y al mismo tiempo tan cerca… pero creando abismos… o… podemos disponernos en modo tal de sentir que solo por el hecho de ser, la vivencia de otro yo también la he vivido. No necesito ser violada para sentir en cualquier rincón lejano de mi misma que eso también me ha sucedido.
Lo que a ti te sucede, me sucede también a mi… por lo tanto desearte una agresión, en una hipotética lejanía, es agredir mi misma. Lo que sí puedo hacer es compartir  mis recursos y mi historia con los tuyos y esperar que sirvan… por lo menos a nosotros.

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