jueves, 5 de septiembre de 2013

A propósito de... la violencia sobre la mujer

Por Antonio Fructuoso



A propósito de la última noticia que llega desde Chile que nos habla sobre la violencia que se ejerció sobre la mujer. En base a ese articulo y a otros anteriores ocurridos en Egipto, en India, escribí el siguiente artículo:

No, definitivamente no corren buenos tiempos para la mujer; desde India, Egipto, y ahora de Chile, nos llegan las últimas noticias, pero desde luego no son los únicos lugares donde las mujeres sufren violencia por parte de los todo poderosos "hombres".
Duele, duele ver como una y otra vez se repite la historia; ser superior, véase "hombre" agrede, maltrata, viola o mata al ser inferior, véase "mujer". Como ser humano, hombre, varón, nos da vergüenza ajena pertenecer a una especie que muestra "en general" -salvando honrosas excepciones- tal desprecio, rencor y violencia hacia un ser -la mujer- por el mero hecho de tener menos fuerza física, de tener otra forma de vivir sus sentires, y otra forma de percibir la vida.
Tratándolas como objetos, como propiedad, como "algo" que se puede usar y tirar, como blanco de las iras del todopoderoso "hombre" . Victimas... victimas de un sin sentido, el que el hombre varón a estado viviendo, y vive.
Esto ocurre en lo "grande", pero en lo "pequeño", en nuestra sociedad "civilizada" parece que estamos muy lejos de esto, sin embargo las violaciones, el maltrato físico y ¡el maltrato emocional! Están a la orden del día, un "tono determinado", "dejarla en evidencia ante los demás", una palabra "soez" y ¡Voila!.... nos hemos colocado por encima, y la hemos hecho sentir inferior. Quizás pueda parecer exagerado, pero... no vemos gran diferencia entre los actos cometidos por el "hombre" en la sociedad "civilizada" y los actos cometidos por el "hombre" en los países en guerra.

Quizás algún día, seremos los hombres -varones- capaces de reconocer en -lo fémino- otra manifestación ¡diferente! de nosotros. Ya no decimos de lo Divino, eso creemos que todavía esta muy lejos, pero si como una !manifestación distinta, diferente de nosotros!
¡Somos UNA especia! la humana, que surgió por algún extraño motivo que a alguien o a algo se le ocurrió, y se le ocurrió expresarla en dos manifestaciones, pero dos manifestaciones !de lo mismo!
El hecho de llamarse, o denominarse "hombre" debe traer aparejada una expresión de sinceridad, de humildad, de bondad, de disposición y de entrega, pero... ¡nunca, nunca, nunca! de superioridad ni de violencia.

Aspiremos a depurar nuestros sentires, aspiremos a "controlar"  y a transformar nuestras emociones. Aspiremos a aceptar, a estimular y a fusionarnos con esa otra parte de nosotros, que hasta ahora -salvo excepciones- hemos rechazado, -pero que también llevamos dentro, en forma de X- porque nos dijeron, o nos mostraron -erróneamente- que ser "hombre era..." y seamos lo que se pensó que fuésemos, seres capaces, seres dispuestos, seres.... que van en el sentido de la vida.

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