lunes, 16 de febrero de 2015

MAS SOBRE 50 SOMBRAS DE GREY...

Por Inspiración Femenina


¡Por fin se estrenó! ¡La película más esperada de los últimos tiempos! ¡Y coincidiendo con el día de San Valentín, para relacionarla más aún con el amor!!



Sólo este hecho ya debería preocuparnos: el que las peripecias de un rico sádico y una joven estudiante sumisa sean el objeto del interés de millones y millones de personas –sobre todo mujeres-. Pero si a eso le sumamos que, tanto la saga de libros como la película, preconiza la relación sexual sadomasoquista (por definición, violenta) como una alternativa más; que trata de normalizarla (ya sabemos que vivimos en una cultura del ‘todo vale’); y que se ha convertido ya en referencia sexual para muchas parejas jóvenes, no sólo nos preocupa sino que nos alarma.

En el mundo adulto, cada uno elige la opción sexual que quiere y no tenemos nada que decir. Pero entre los adolescentes y jóvenes, películas como ésta -que, recordemos, está escrita por una fan de la saga ‘crepúsculo’, machista, maltratadora y justificadora de la violencia (‘está en su naturaleza ser violento, es un vampiro o un hombre lobo, pero en el fondo es bueno y me quiere’)- creemos que aportan un modelo nada liberador, camuflado por un supuesto respeto a la libertad (‘No haremos nada que no quieras’), claro, hasta que llega un mal día en el trabajo y sí hacemos aunque no quieras… ‘Como eres mía, puedo desfogarme dándote unos cuantos palos. Luego te vas, pero te pediré perdón y volverás’.
No sé a ustedes, pero nos suena el patrón típico del maltratador: primero pega y luego se arrepiente y pide perdón; y al patrón típico de la maltratada: me enfado pero te perdono y vuelvo contigo… y la historia continua igual.

La sexualidad es un elemento inherente a nuestro espíritu. Es una vía de sanación, de liberación. Está en toda actividad del ser humano –no decimos esto por ser pansexualistas, sino porque consideramos que la sexualidad va mucho más allá de la genitalidad-, está en todas las relaciones que tenemos.
Imaginemos una relación no genitalizada, por ejemplo laboral, que siguiera los patrones sadomasoquistas… ¿pensaríamos que es una relación liberadora? ¿o sería un martirio, al menos para uno de los dos? En realidad, este tipo de relación, fuera de las relaciones de pareja, es muy frecuente, pero no se le llama BDSM sino abusos, mobbing, crueldad… ¿Por qué justo en la relación íntima de los amantes vamos a considerar que es ‘algo normal’, cuando es justo el momento en que el respeto, la belleza, el cuidado, la complacencia, el amor… tienen que estar en su punto álgido?

Un último comentario –podría ser éste un artículo interminable, pero para no hacerlo más largo y dejar que ustedes piensen sobre ello-: Cuando una mujer cree que la sumisión sexual es lo suyo, que es lo que quiere y siente, está siguiendo unos patrones que le ha impuesto –sin que ella se de cuenta- esta sociedad machista. No es un acto de liberación sino de esclavitud. La esclava sexual que muchos varones anhelan, aunque sea sólo en sus fantasías, pero que películas como ésta pueden hacerlas realidad.
Las mujeres deberíamos hacer un esfuerzo por indagar en nuestra propia sexualidad, en nuestros propios gustos y deseos, e ir descartando aquellos que podamos identificar como una parasitación de un pensamiento masculinista hegemónico.

Les dejamos cuatro enlaces de nuestros periódicos de más tirada para que lean, si les interesa, otros comentarios (todos ellos bien interesantes)








1 comentario:

  1. Este tipo de películas lejos de desanimarnos nos hace estar más alertas ojalá y todas las mujeres que la vean puedan ver y darse cuenta de la manipulación

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