miércoles, 17 de diciembre de 2014

CALIDAD DE AMOR


Por Inspiración Femenina


Desde el punto de vista femenino, pensamos que, en general, valoramos la calidad del amor más que el varón, aunque evidentemente, a el también le importa.
¿Y qué queremos decir cuando hablamos de ‘calidad del amor’?
Probablemente no podemos dar una definición, porque para cada uno la calidad en el amor va a ser diferente. Pero podemos dar algunas características que nos aproximen a este concepto.
Tenemos que decir que probablemente la información que demos hoy estará sesgada, porque hablamos fundamentalmente desde el punto de vista femenino. Es decir: ¿qué sentimos las mujeres que es ‘amor de calidad’?
Ese amor de calidad que podríamos resumir con la frase: ‘mi felicidad es tu felicidad’… ese amor que nos permite ver la parte virtuosa del otro y relacionarnos con él/ella con nuestra propia virtud. Ese amor que hace que seamos –o tratemos de ser- cada vez mejores, por nosotros mismos y por los demás.
-Como primera característica, podríamos decir que es un amor que no nos esclaviza sino que nos libera. El amor que hace que deje de ser yo, que tenga que asumir un papel que no se corresponde conmigo, que tenga que renunciar a sueños, proyectos, amistades, desarrollo, formación, etc… no es de calidad.
En este sentido, sabemos que el amor es de calidad cuando trata de potenciar nuestro desarrollo, nuestra evolución. Cuando fomenta que estudiemos, que nos formemos (si es lo que deseamos hacer, claro), aunque para ello tenga que renunciar a algún tiempo de ocio propio.
-Imprescindible: sentir que nos respeta (y respetarlo). Sin este ingrediente, el amor acabará no siendo de ‘calidad’.
-Otra característica que pensamos debe adornar a este amor es la complicidad. Evidentemente ésta conlleva sinceridad, aceptación, saber que va a entender lo que le decimos o al menos lo va a apoyar. Poder disfrutar juntos de cosas pequeñas o grandes. Poder reírnos de tonterías y también de nosotros mismos.
-El poder contar con la pareja, saber que está ahí cuando le necesitamos, sentir la seguridad de su amor en una mirada o un pequeño gesto. Saber que se alegra con nuestros triunfos y que cuando estamos tristes, tratará de acompañar y aminorar nuestra pena.
-También es importante no perder de vista el objetivo de nuestra relación, o el motivo por el que estamos juntos; y no dejarnos llevar por contratiempos cotidianos o por asuntillos convivenciales que pueden –todos lo sabemos- estropear mucho una relación.
En este punto, es muy importante ser conscientes de todo lo bueno que nos está aportando y no quedarnos enfijados en el pequeño conflicto. Si quedamos en el conflicto, probablemente no seamos capaces de solucionarlo. Si tenemos en cuenta todo lo demás, la solución vendrá sola.
-Todos los aspectos que podemos leer en revistas, artículos etc… sobre qué es lo que enamora a una mujer, también cuentan, por supuesto. Los queremos fuertes pero sensibles y tiernos; los queremos detallistas; queremos que nos hagan reír; queremos que se acuerden del cumpleaños, del aniversario… queremos que sean buenos padres; queremos que compartan las tareas; que nos den sorpresas, que piensen en nosotras; que nos susurren un poema o nos canten una canción.
-Por último, pero no menos importante, queremos que sea un buen amante. Que nuestra vida sexual sea intensa, sana, estimulante, apasionada. Que sea respetuoso con nuestros ciclos, que no nos imponga la relación cuando él quiera sino que se adapte a cuando nosotras queramos….
Estamos seguras de que nuestros lectores añadirán las características que su originalidad en la expresión del amor le sugieran.
¿Nos parece muy idealizado? ¿Quizás no existe ese varón?
Pensamos que sí, y que en cualquier caso, más que buscar cualidades, es importante ver que podemos evolucionar juntos hacia ese amor.
En resumen: Queremos sentirnos deseadas y amadas por ese hombre con el que hemos decidido compartir nuestra vida.
Todo esto en cuanto a lo que anhelamos de él. Pero también en nosotras hay unos indicadores muy claros:
-Cuando todos estos puntos que hemos dicho nos salen de natural, sin tenernos que esforzar, es que estamos con un nivel de enamoramiento estupendo. Si en nosotras se empiezan a dar otros síntomas, tenemos que alertarnos. Por ejemplo, si dejamos de tener deseo sexual… alerta máxima. Si nos empieza a importar más lo que él nos haga que lo que nosotras hacemos… alerta. Si empezamos a valorar nuestra felicidad por la respuesta que él nos está dando… alerta. Si empezamos a ver todos sus defectos en lugar de todas sus virtudes… alerta. Si empezamos a sentir que no le reconocemos, o que no nos reconocemos a nosotras mismas… alerta.



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