martes, 29 de julio de 2014

PLUS SIZE Y PIRELLI

Por Inspiración Femenina



Nos llegaba hace poco una noticia que comentaba que ya se había dado a conocer cierta información sobre el siguiente calendario Pirelli 2015. En él este año se utilizará a varias modelos conocidas, bajo el lema “fetichismo”… Ya de por sí, eso sería algo a comentar, el cómo la mujer se queda en un objeto sexual… Pero esta semana hemos querido centrarnos en el hecho de que ésta será la primera edición de este calendario que cuente con una modelo plus size: Candice Huffine. Ella es conocida por pertenecer a una generación que pretende cambiar los cánones de belleza en la moda… ¿pero de qué manera? Se comenta en el artículo que nos llegó que Esta es la primera edición en la que el calendario más famoso (y HOT) del mundo cuenta entre sus protagonistas con una modelo de la Generación Anti Tallas, un paso adelante en la apertura de los cánones más estrictos y en la defensa de la belleza como un estado personal y único que no está relacionado con una talla determinada.” Nos cuesta creer que ése sea el resultado que vaya a tener.

Cuando se introduce alguna ruptura con la norma –en este caso las modelos XXS-, las cosas adoptan un tinte fronterizo, original y llamativo que rompe con las convenciones clásicas. Estas rupturas muestran qué valores y significados hay latentes en la sociedad. Cuestionan aquello que se daba por hecho.
Aún con estas rupturas -en este caso, la del calendario-, las cosas se quedan atrapadas dentro de un sistema -en este caso, el ideal de belleza- sólo que actúan desde el otro polo. Al final lo único que se consigue es reafirmar y reforzar los principios que ya había, el ideal que ya estaba. Reforzar principios establecidos de belleza en lugar de cuestionar el fundamento, la base en sí. Siguen haciendo rodar la misma rueda.
Si partimos de la base de que la belleza como tal está anclada en un sistema binario, es decir, de oposiciones, podemos afirmar que en cada polo se encontrarían ‘el cuerpo perfecto’ y ‘el cuerpo real de cada uno’. El cuerpo perfecto es el que ha adquirido el estatus de norma y el cuerpo real de aberración, divergente.
Los cánones de belleza hoy se transmiten de manera corporal, es decir, a través del cuerpo. La belleza se queda atrapada en el cuerpo físico, que como punto de partida tampoco consideramos que sea el adecuado y que quizás convendría replantearse este principio tan poco cuestionado. A través de los medios de comunicación también nos llega constantemente que la belleza es un requisito indispensable para ser feliz, y ésta –claro-, corporal, que a su vez ha de seguir los parámetros establecidos -que en el fondo son imposibles conseguir-. Lo que hace que estemos continuamente luchando -ojo con la palabra- para conseguirlo o aproximarnos a ella… Si no es así, según estas ideas, no seremos felices. Esta presión, por su puesto, nos lleva a una fijación en el físico muy enfermiza, sobre todo en las mujeres.

Cuando estos calendarios introducen estas innovaciones para vender más, bajo el pretexto de “mira lo que estamos haciendo para cambiar los cánones”, lo único que hacen es reproducir un ideal de belleza, debido a que lo que se conoce por belleza ya lo dan por hecho, no se replantean la base.  Parten del mismo lugar.
Si partimos entonces de esta base binaria y de una oposición entre el cuerpo perfecto y el cuerpo real, el que se establecerá como válido y de más caché será ‘el perfecto’, y el otro será el ‘divergente’ y por ende de menos valor.
Los pensamiento de este tipo -o esto o lo otro- nos llegan automáticamente y sin ser conscientes, al estar el pensamiento de hoy día fundado en este principio dicotómico: “o bueno o malo, o blanco o negro”.
Con poco que se fijen verán que, efectivamente, este sistema lo respiramos y transpiramos.

Se crea y se agranda esta diferencia entre lo que es igual y lo que es diferente. Mientras que el cuerpo perfecto se siga cultivando, el cuerpo real seguirá rechazándose, excluyéndose y cada vez de manera más evidente.  Vemos en el artículo sobre el calendario Pirelli que ambos cuerpos serán colocados juntos, lo que evidencia más este principio. Es como si nos dieran dos espejos, uno muestra el punto de partida real y el otro refleja el resultado. Ya que el cuerpo perfecto se define como sinónimo de belleza, el cuerpo real acabará en la categoría diferente del canon estético, por el mero hecho de ser diferente al perfecto e ideal. Y las mujeres, de este modo, estaremos siendo recordadas continuamente de qué manera somos antónimos de belleza.

El intento de mostrar una aceptación de aquello que difiere de la norma, de darle un estatus, aceptarlo… a algo que no lo tiene, se queda a medias cuando el estatus que se le otorga es de decoro, objeto. Al recurrir a esta serie de medidas –figurar en un calendario para hombres- el ‘cuerpo real’ ha tomado pasos activos para copiar el estatus del ‘cuerpo perfecto’ y en esa medida el cuerpo y la persona ya se han aceptado como lo discriminado, como un objeto, como lo divergente… pero es que son esas normas las que son falsas y, de esta manera, lo único que se hace es ser cómplices de y perpetuar una base, una ideología ficticia, pero ¡muy real en nuestras mentes y vidas!

El ‘cuerpo perfecto’ no podría existir sin los ‘cuerpos normales, naturales y reales’, que se han utilizado como los bocetos a perfeccionar, los que posibilitan la construcción del ‘perfecto’. Por lo que son los ‘cuerpos reales de las mujeres’ los que son los originales y no viceversa, como se intenta hacer creer en el mundo actual –sobre todo occidental-, en donde el perfecto es el que tiene el estatus de plantilla.

Con esto no queremos decir que no nos guste el que haya más variedad en los medios de comunicación, quizás en su expansión, repetición y diversidad sí se consigan efectos que mejoren la presión que hay hoy en día sobre el físico; pero creemos importante el tener una visión crítica, que quizás bajo la premisa de ‘disolver el canon de belleza actual’ lo único que se esté consiguiendo es reforzar el ya existente.

Dentro de estos cuerpos ‘perfectos’ existe y está el boceto de los ‘reales’ y si aceptamos esto podremos vivir armoniosamente aceptando las diferencias sin categorizarlas ni de mejor ni de peor, son… y en ese ser, están. El fin no es la igualdad, sino conseguir que haya espacio para las diferencias. En lugar de jerarquizar los cuerpos, es importante pensar de una manera inclusiva… Las personas representamos cuerpos diferentes y dignos de ser lo que y como son. Si pensamos así quizás nuestra estructura mental disipe poco a poco las expectativas, la presión y los requisitos que pesan sobre nuestros hombros pidiendo un cambio de nuestras variaciones corporales.


Que cada cuerpo sea una expresión responsable de la diversidad.

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