Sexo Y Dinero: A propósito de la Prostitución

Publicado por: Rosa Vilchez

Una reciente nota de prensa publicada en los medios virtuales cuenta que en las afueras de la ciudad de Zurich, Suiza, desde el 26 de agosto del año en curso, será  posible tener sexo casual sin complicaciones –con la policía-, para ello, el gobierno, ha instalado modernas cabinas diseñadas para  ese propósito, y esto con el fin de regular la prostitución. Aquí la nota:

http://www.vanguardia.com.mx/sociedad-instalancabinasparasexocasualenviapublicaenzurich-1810686.html

Entre las explicaciones argumentadas se recicla la frase “la prostitución la profesión más antigua del mundo”, lo cual –sin ánimo de calificar la nota- no deja de parecerme una apología a la prostitución.

Más, sin embargo, algunas preguntas llegan de manera natural, por ejemplo.. ¿Cómo así, si desde la antigüedad se ha visto la prostitución como una problemática y se ha perseguido y se ha sentenciado y se ha exiliado… cómo así sigue siendo un eje tan dinámico en materia de economía y de convivencia?

Si vemos las variables que intervienen en esta ecuación –que dependiendo de las circunstancias no siempre resulta ser una igualdad matemáticamente hablando-  las variables son sexo y dinero.

Si nos referimos a la primera variable “sexo”, es más que evidente que es una actividad que la practicamos desde los inicios de esta especie… caso contrario no seríamos los que somos, ni estaríamos los que estamos.

Sin embargo, la segunda variable “dinero” es un elemento elaborado y validado por la mayoría de la comunidad humana y se ha convertido en el propulsor y/o medio de la manera de relación; medio que ha “embargado” la sexualidad para una gran mayoría.

Lo que muestra esta ecuación es que “el problema no es el sexo”, “el problema no es el dinero”, “el problema es el condicionamiento aceptado de… dinero igual seguridad, dinero igual poder, dinero igual convivencia, dinero igual relación…”

Tal vez nos toque, desde una perspectiva liberadora, reeducarnos en una sexualidad liberada de logros materiales,  y gracias a ello encaminarnos hacia la evolución de la sexualidad como elemento fundamental para una nueva humanidad. Sexualidad que tal vez si es vivida desde una renovada consciencia amorosa promueva auténticas relaciones amorosas y no transacciones dolosas.

Ahora, volviendo al tema de la evolucionada norma, del desarrollado país, del superior continente, -y no porque así lo crea, sino porque así se propagan- la evolucionada norma no tiene como balanza,  como opción instalar cabinas para los/las ofertantes del mentado rubro, a fin de ofrecerles otras oportunidades de sobrevivencia… curioso detalle.