http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/08/09/noticias/1376072168.html
Aunque las
madres y padres que trabajan tienen casi las mismas probabilidades de pensar en
los asuntos familiares a lo largo del día, este tipo de actividad mental está
asociada con un aumento del estrés y las emociones negativas sólo en el caso de
las madres, según concluye un nuevo estudio que se presentará en la 108ª
reunión anual de la Asociación Americana de Sociología, que se celebra en
Nueva York (Estados Unidos).
"Supongo
que porque las madres tienen la responsabilidad principal del cuidado de los
niños y la vida familiar, cuando piensan en los asuntos de familia, tienden a
pensar en los aspectos menos agradables, como el tener que ir a recoger al niño
de la guardería o tener que programar una cita con el médico para un niño enfermo,
por lo que son más propensas a estar preocupadas", ha explicado la
autora del estudio, Shira Offer, profesora asistente en el Departamento de
Sociología y Antropología de la Universidad de Bar-Ilan en Israel.
Mucho se
ha escrito acerca de la división desigual del trabajo doméstico y el cuidado de
los niños, pero la inmensa mayoría de los estudios en este campo examinan
comportamientos específicos, según la investigadora. "Estos estudios se
centran en el aspecto físico de las tareas y las demandas, que pueden ser
medidos y cuantificados con relativa facilidad. Sin embargo, gran parte del
trabajo que hacemos, tanto remunerado como no remunerado, tiene lugar en
nuestra mente", destaca esta experta.
El estudio
se basa en datos de '500 family study', una investigación multimétodo sobre las
experiencias de familias trabajadoras de clase media con información completa
de familias que viven en ocho comunidades urbanas y suburbanas en Estados
Unidos. La mayoría de los padres tienen educación alta, ocupaciones profesionales
y trabajan, en promedio, más horas y aportan unas ganancias más altas que las
familias de clase media en otras muestras representativas a nivel nacional.
Según sus
datos, pensar en las cuestiones familiares afecta negativamente en el bienestar
de las madres, pero no de los padres, tal y como explica la directora del
estudio, quien cree que las expectativas sociales empujan a las madres a asumir
el papel de administradoras del hogar, lo que les lleva a abordar de manera
desproporcionada los aspectos menos agradables de cuidado de la familia.
"Creo que
lo que hace de este tipo de trabajo intelectual una experiencia negativa y
estresante para las madres en general sólo es que ellas son las juzgadas
y consideradas responsables de las cuestiones relacionadas con la
familia", ha resumido.
Que la "doble jornada" ha supuesto para la mujer una esclavitud añadida es bastante obvio, ya no sólo desde el punto de vista físico sino emocional. Queda bien claro que a pesar de que la mujer se haya incorporado al mundo laboral y su jornada de trabajo -añadiendo las horas que trabaja en el hogar- suponga unas cuantas más que en el caso de varón, los "roles" siguen perfectamente definidos: las cuestiones de los hijos, relaciones ambientales, relaciones humanas, siguen siendo cosas de mujeres.
Desde siglos se nos ha relegado a tareas que se han considerado propias de seres inferiores, como es la limpieza por ejemplo. ¿Será que esta sociedad patriarcal considera el mundo de las relaciones interpersonales, los afectos, las afinidades, los cuidados, como algo inferior? Mucho nos tememos que sí y ¡así nos va en pleno siglo XXI!
Hasta que no cambien los esquemas obsoletos, añejos y esclavistas de este patriarcado aún vigente, la mujer seguirá sometida a una esclavitud de guante blanco.
Inspiración Femenina Tian.
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