Por Inspiración Femenina
Hay momentos en los que una no entiende el porqué de las situaciones
que van ocurriendo… Y se genera en nuestro interior una sensación de
incoherencia, de incomprensión, falta de entendimiento…En definitiva
sensaciones que nos dejan fuera… No sabemos ponerle palabras a lo que
nos ocurre, o no encontramos aquellas que representen y reflejen 100% lo
que sentimos.
Buscando una manera de expresión que no recorte las emociones que una
experimenta he leído, identificándome así con imágenes que ciertas
palabras producían en mí, que mostraban mundos…Leyendo también me he
perdido en palabras que se quedaban cortas, que no conseguían reflejar
la totalidad de lo que sentía, aquellas que parecían cortes
sentimentales que desechaban lo que rebosaba del recipiente “palabra”.
Fui descubriendo que una imagen vale más que mil palabras. Dícese con
imagen, versos, fotos, letras de canciones, poesía… esa manera de
expresarse evocativa. Despertaban en mí sensaciones con las que me podía
sentir identificada y conseguían crear en mí una sensación de ser parte
de esa expresión, de integración. No reducían mis sensaciones a lo
expresable por el formato lineal.
Isaia Johnson |
Leía a una psicóloga que explicaba que al haber sido el lenguaje creado
por el varón, éste buscaba responder a sus necesidades. Y está creado
para abastecer y responder a los pensamientos, situaciones y
sentimientos que pueda tener el varón. Sin embargo, al ser la mujer un
universo diferente, este lenguaje no reflejaba las necesidades de ella.
El varón expresa en general su vida exterior, la mujer su vida interior.
Ninguna más importante que la otra, son dos perspectivas diferentes,
pero pretender expresar esa vida interior con el lenguaje de la vida
exterior es como combinar un vestido de gala con unas deportivas.
Explicaba que se encontraba con pacientes deprimidas, y que esta
depresión la mayoría de las veces se debía a una falta de entendimiento
de lo que les acaecía, porque las palabras no reflejaban, ni estaban
hechas, para responder a los sentimientos, pensamientos y situaciones de
ella. En definitiva, se quedaban sin recursos para comprenderse. Las
palabras no eran suficientes para ponerle el punto a la ‘i’ a nuestras
vivencias, a las vivencias de y en mujer.
Hay maneras de expresarse que reflejan vivencias y todo lo que éstas
implican. Y estas expresiones son las que nos llegan al corazón. Las
sentimos, aunque a veces luego no sepamos retransmitirlo con palabras.
Pasa a formar parte de nosotros, ¿y qué mejor manera de expresar que
sentir y ser esa expresión sin recortarla para adaptarla a un lenguaje, a
unas palabras y conceptos restringidos?
Curiosamente hay una comunidad llamada Awlad Ali en Egipto que parece
haber comprendido esto y utiliza dos discursos. Uno para las situaciones
del entorno oficial, y otro para situaciones íntimas, privadas, fuera
de las estrictas pautas del poder, honor…Ese otro discurso es la poesía
“ghinnawa” y es lo que emplean de manera natural y habitual para
comunicar y expresar emociones, sentimientos, sensaciones; lo íntimo.
Con esta reflexión queremos decir que a veces a través de una poesía, a
través de una imagen, conseguimos expresarnos y sentir en su totalidad.
A través de estos lenguajes paralelos no restringimos nuestra alma, ni
la intentamos adaptar a un molde pequeño.
En esos momentos en que sentimos que las palabras se nos quedan cortas,
acudir a los versos, a la poesía, a la fotografía, a los dibujos…A
todas esas otras maneras de expresarse que evocan y provocan sensaciones
que van más allá de y abarcan más que los conceptos fijos habitualmente
empleados. Empleemos el arte como lenguaje, porque en él está y cabe
todo; nuestra historia, nuestros sentires, nuestros pensares… No nos
olvidemos del arte como lenguaje. Alguien decía "el arte es la expresión
de alma que desea ser escuchada"
Quizás además, ahora que nos encontramos en el año del encuentro, del
encontrarse…pueda ser una manera de encontrarse a uno mismo.
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