Por Inspiración Femenina
En estas
fechas en las cuales todas las redes sociales, anuncios y noticias están
cargadas de temas como zombies, calabazas, y brujas, no hemos querido dejar
pasar la oportunidad de hablar sobre estas últimas: Las brujas.
Es un
tema que nos interesa ya que la historia de las brujas va cargada de mitos y
leyendas fabricados para poder seguir manteniendo el patriarcado, la hegemonía
del hombre sobre todas aquellas mujeres que tuvieran la osadía de querer
salirse de su mano.
Solemos
relacionar a las brujas con esos personajes que llevan sombrero de punta y
vuelan en sus escobas, pero la bruja aparece desde tiempos mas antiguos.
Su
aparición como personaje diabólico, buscado y castigado data de tiempos del
antiguo testamento, es decir, desde que el Dios como figura masculina se hace
presente. Sin embargo, su verdadera persecución comienza a finales de la edad
media.
Es
verdad que a lo largo de los siglos, los hombres también fueron procesados y
torturados por pactos con el diablo y brujería, pero fue la mujer la que más
sufrió de las persecuciones y “Claude Seignolle”, encargado de los procesos a
las brujas alrededor del año 1330 en Francia nos explica por qué:
“Satán tuvo sus sacerdotes, que fueron los
brujos. Y el rey de los infiernos también tuvo sus sacerdotisas, que fueron las
brujas. Pero como consecuencia que solamente los hombres eran admitidos en el
servicio del Señor, las mujeres, excluidas del mismo, se sintieron más atraídas
hacia su rival oscuro, que terminó acogiéndolas preferentemente y en mayor número.
Incluso llegó a decirse que había mil brujas por cada brujo; con toda claridad
esta afirmación constituía una exageración manifiesta, pero seguramente la
proporción de las mujeres, en la muchedumbre que se afanaba en la adoración del
Macho cabrío, superaba en mucho a la de los hombres”.
¿Pero,
quienes eran estas brujas y que había detrás de esta persecución?
Las
brujas eran todas aquellas mujeres que seguían rindiendo culto a las antiguas
tradiciones como danzar y tener relaciones sexuales en los campos para aumentar
la fertilidad de las tierras. Probablemente la iglesia trató de abolir todos
estos ritos paganos mediante el castigo por brujería.
Si había
reuniones de varias mujeres, se les podía considerar como brujas. ¡Y cómo no!,
el patriarcado siempre ha buscado que las mujeres estuvieran separadas, ya que
juntas pueden tener mucha fuerza; no convenía que las mujeres se aliaran.
Cualquier
mujer que tuviera conocimientos sobre plantas, ya fueran curanderas o parteras
podía ser procesada por brujería.
Mujeres
instruidas y con conocimientos en los tiempos en que las mujeres no podían
tener una educación, eran una amenaza para el poder masculino y eran
consideradas brujas. Así mismo, aquellas mujeres que tenían conocimientos sobre
el control de natalidad o sobre la sexualidad representaban una amenaza para su
hegemonía. A demás, este tipo de mujeres, con conocimientos de plantas y
minerales, vivían solas en los bosques, generaban sus propios ingresos y eran
independientes, esto iba en contra de lo que dictaban las religiones
patriarcales.
Hay
estudiosos que afirman que la cacería de brujas se debió a todo un plan
maquiavélico de parte de la Iglesia Católica, en un tiempo en que la población
Europea quedó mermada por la peste. La iglesia poseía gran parte de las tierras
fértiles para trabajar y casi no había gente para trabajarla, así que se ideo
un plan para castigar a todas las mujeres que supieran sobre control de
natalidad (raíces y hierbas), a todas las mujeres que las utilizaran.
Si esto
fuera así, el plan funcionó, porque a partir de estos acontecimientos, la
población aumentó considerablemente.
Lo que
sí es cierto es que se creo una paranoia colectiva en dónde la superstición y
el miedo reinó en la población femenina. Durante dos siglos millones de mujeres
fueron torturadas y quemadas… un verdadero genocidio.
Millones
de mujeres muertas, en muchas ocasiones porque se negaron a hacer favores
sexuales a algún hombre, o porque a su vecina le caía mal, o simplemente porque
hacía falta culpar a alguien de alguna desgracia ocurrida en el pueblo.
Esto
forma parte de la historia de las mujeres, y creemos importante que todas
estemos al corriente de lo que nos ha sucedido como especie. Estas historias no
se cuentan en los colegios, pero creemos que todos deberían saber cómo
injustamente se exterminó a tantas mujeres.
Es
importante también, que nos demos cuenta de que, cómo mujeres, seguimos
teniendo esa actitud de “quemar a la bruja”. No debemos caer en esos juicios de
valor o morales que hacen que condenemos particularmente a las de nuestra
propia especie. Siendo mujeres, y sabiendo lo que nos cuesta realizar nuestros
sueños, deberíamos ser más comprensivas y compasivas unas con otras. Ayudarnos,
en vez de ponernos la piedra para tropezar.
En
definitiva, crear esa complicidad femenina que hace que nos unamos, que
compartamos, que creemos juntas…
Es la
única manera que tiene la mujer para poder evolucionar. La alianza de las
mujeres es la gran deuda pendiente que tenemos como especie. Todavía tenemos
miedo de juntarnos, de hablar, de hacer cosas juntas porque así nos han
educado, para poder controlarnos mejor.
La
complicidad femenina… si nos atrevemos a vivirla, les aseguramos que será la
mejor experiencia de vida que puedan tener, solo hay que atreverse.
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