Antonia Valeria Rivas Mercado, pensadora, literata, periodista, precursora del feminismo mexicano
(1900-1931)
He aquí algunas de sus palabras:
“La mujer es distinta del varón y debe afirmar su diferencia
en vez de aspirar a igualarse”.
Admirable mujer nacida al concluir el siglo XIX. Gran literata, periodista, pensadora, dramaturga y precursora del feminismo mexicano. Una mujer valiente que se atrevió a expresarse, a seguir sus ideales y sus sueños en un tiempo en el que a la mujer que se le ocurría expresarse en el arte, era escondida tras las firmas falsas de varones, ya que la mujer no podía brillar, como aun sucede en pleno siglo XXI. Fue defensora de los derechos de la mujer. Promovió el arte en México. Es reconocida por su importante labor e impacto al apostar en innovaciones sociales, buscando otra forma de expresión y formación en la mujer, diferente a la que imperaba e impera en la sociedad machista mexicana.
Perteneció al círculo de artistas e intelectuales que renovaron la cultura mexicana al concluir la revolución mexicana. Se le puede considerar no sólo como una promotora cultural, sino una activista cultural, mecenas que “propició el teatro moderno e impulsó la novela moderna”, así como a personas con talento. Antonieta pudo ser la primera escritora moderna de nuestro país.
Mujer culta, muy inteligente y de grandes pasiones, recordada como la mujer que luchó incansablemente por disolver el México conflictivo y desmesurado en busca de una deseada libertad que jamás conoció.
A sus 12 años su madre se enamora de otro hombre y le sigue a Europa dejando a la familia a su cargo.
Al cumplir los 18 años se casa con Alberto Blair, un ingeniero inglés de 28 años. Al poco tiempo, nace su primer y único hijo y en ese tiempo Antonieta resuelve separarse. Blair no acepta la decisión. Entre discusiones, violencia y tensión, sobrevino el primer episodio depresivo de Antonieta. Una ardua lucha que la persiguió toda su corta vida.
Su padre fallece en 1927 a los 73 años y Antonieta se convierte en heredera de todos los bienes familiares y se queda con la responsabilidad de sus hermanos.
La magia de Antonieta despertaba, entre los hombres, una fascinación que atraía o repelía. Era una mujer que no dejaba sitio a la indiferencia, como una amenaza a la vanidad de los hombres, pero también una incitación.
Los hombres no eran los únicos en sufrir la atracción de Antonieta, la rodeaba también una corte de mujeres de la alta sociedad, pendientes de sus palabras y de sus actos. Si bien la admiraban, asimismo, era el objeto de sus devaneos, intrigas y calumnias. A diferencia de ellas, Antonieta realizaba lo que sólo se atrevían a soñar.
Tras la muerte de su padre se introduce de lleno al medio cultural y se destina a promover el arte. Impulsa la creación de un teatro en México para presentar obras de autores internacionales, apoyando al talentoso y poco famoso grupo de intelectuales llamados "Los Contemporáneos". Inaugura el salón de “baile fino” El Pirata, en donde abría sus puertas cuatro días de la semana, en un horario clásico de las 5 de la tarde a las once de la noche, cobrando 10 centavos a los caballeros y gratis para las mujeres. Las parejas acudían a practicar los compases y meneos del danzón, el tango, el fox y el shimmy.
Promovió y financió la Fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional. Se le considera como la primera mecenas del arte en México. Apoyó artistas, escritores y músicos. De su iniciativa surgieron salones literarios y el teatro experimental. Fundó el teatro "Ulises". Fue mecenas de personajes como Andrés Henestrosa, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, Julio Castellanos, entre otros, en su idea de propulsar el arte mexicano.
Es en este grupo de brillantes vanguardistas donde conoció al pintor Manuel Rodríguez Lozano, “su imposible conquista”, convirtiéndolo en su obsesión de amor no correspondido ya que él era homosexual. Amar a Manuel Rodríguez le daba fuerza, en él veía su liberación, su contraparte. Se dice que este amor le impulsó a rehacer y levantar la vida cultural en México.Tuvo una relación de amistad con Diego Rivera, Frida Kalho y Federico García Lorca.
En 1929 conoció al candidato opositor al régimen revolucionario José Vasconcelos al cual apoyó en su campaña económicamente con su espíritu, decisión y entusiasmo traspasando el límite de la quiebra y el límite de su salud. Se convirtió en su amante clandestina además de realizar sus discursos, el diario de actividades y administración de los gastos. Esta labor le llevó a una fuerte depresión, además del fracaso electoral de su amante, los conflictos con su esposo y la pérdida de la patria potestad de su hijo al que decide secuestrarlo huyendo con él a Francia.
“Habían transcurrido tan sólo 31 años de su vida intensa, brillante y fugaz. Un 11 de febrero de 1931, tomó asiento frente al Cristo Crucificado de la Catedral de Notre Dame, en París, y fue el único mudo testigo de su desesperación. Sacó la pistola Colt que había acompañado a su amante José Vasconcelos durante la campaña y se disparó al corazón”.
Los restos de Antonieta fueron depositados en una fosa común de París en 1936.
Esta grandiosa mujer, dejó como último escrito, una nota en su habitación:
"Yo soy responsable de este acto con el cual finalizo una existencia errabunda".
"Ojalá que mujeres como ella en la actualidad, no decidan quitarse la vida, sino decidan darse la oportunidad de vivirla, descubriendo su naturaleza por el camino de la ternura, del amor, ejercitándose en la belleza, en la inocencia, en el desarrollo del arte, descubriéndose como seres divinos, con infinitas posibilidades de mostrarse como féminas, sin querer igualarse con el varón, como bien lo decía Antonieta". [1]
¡Habrá que esforzarse mucho en descubrirnos, sí, mucho, y ser muy valientes e inteligentes para salir de los paradigmas y de las trampas que como féminas nos han esclavizado ya tantos siglos!
por Vickyvananda
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