A veces una imagen puede valer más que mil palabras. Es el caso de la secuencia captada por el fotógrafo Arash Khamooshi, de la agencia estudiantial iraní ISNA, cuando iba a fotografiar la ejecución de un joven de 20 años, Balal, por un asesinato cometido cuando tenía 13 años.
La escena -narrada en todo detalle por el diario The Guardian- tiene lugar en un sencillo patio en el que hay un andamio del que cuelga una soga. Bajo la soga hay una silla sobre la que está subido Balal. Una cinta negra le cubre los ojos, lleva grilletes en los pies y un grito congela su boca.
A continuación, otra imagen muestra la llegada de la madre del joven al que Balal asesinó hace siete años y por el que ha sido condenado a muerte. La siguiente fotografía, quizás la más conmovedora, capta el momento en el que la madre abofetea al reo, ya con la soga al cuello. Una bofetada con la que cambia la muerte por la vida: es el gesto con el que la familia concede el perdón a Balal.
La secuencia, estremecedora, sigue con varias imágenes más: la madre hablando al joven, las manos que le retiran la soga del cuello, Balal desmoronándose mientras se lo llevan de nuevo a la celda y, finalmente, las madres del perdonado y del fallecido siete años atrás abrazándose entre lágrimas.
A veces ocurren cosas así… que nos parecen insólitas y además infrecuentes. ¡Pero ocurren!
Son como una gota de agua en un océano.
Son como una hoja en la selva.
Son como una semilla en medio de la cosecha.
Son como un grano de arena en el desierto.
Estos acontecimientos nos conmueven y nos permiten darnos cuenta de que:
la gota es agua…
La hoja es la selva…
La semilla es el cereal…
El grano de arena es el desierto…
Estos acontecimientos nos permiten albergar la esperanza de que se pueden dar otras respuestas…
para que gota a gota se forme la ola,
para que hoja a hoja se forme la selva,
para que la semilla crezca y las espigas crezcan,
para que el grano forme la duna.
Publicado por Inspiración Femenina Tian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario