Por Evy Basma
La ley del aborto en Noruega establece que se puede obtener ayuda para abortar hasta la fecha del nacimiento, bajo condiciones especiales.
Los Hospitales noruegos violan la ley del aborto.
El personal del Hospital Universitario de Stavanger comenta que han visto fetos que han vivido durante casi dos horas después de que la madre se tomase una pastilla para acelerar el nacimiento. Fetos que, antes de morir, abrían la boca y luchaban por conseguir aire, que movían brazos y piernas.
Que experimentan colocar un feto en una habitación para que muera, mientras que en otra habitación ellos luchan por la supervivencia de otro feto de la misma edad.
Que cuando piden permiso para acelerar la muerte de un feto -que está destinado a morir- porque les cuesta verlo sufrir, obtienen un no de respuesta.
No, porque la eutanasia en Noruega está prohibida. En otras palabras; si alguien del Comité de Aborto ( aquellos que conceden el aborto después de la semana 22) hubiera proporcionado eutanasia sería libre, le perdonarían. En cambio, si un empleado del hospital proporcionase esto, sería condenado por práctica de eutanasia.
La ley noruega establece que cada individuo es libre de elegir si abortar o no hasta la semana 12. Pasado este tiempo, quien establece si se puede abortar hasta la semana 22 es un miembro del Comité de Aborto -integrado por dos médicos- si la salud física o mental de la mujer está en peligro. La cantidad de abortos concedidos por cuestiones de enfermedad en el feto ha aumentado en un 44% en estos últimos diez años (Instituto de Salud Pública), porque los requisitos necesarios para la concesión del aborto cada vez son menores (e.g labio/paladar hendido, síndrome de Turner, dedos faltantes…)
La ley del aborto también mantiene abierta la opción de aborto hasta la fecha del parto, por si el niño padece alguna enfermedad que no es compatible con la vida.
Este tipo de abortos tardíos ha aumentado en un 13% desde el 2011. Para que se dé un aborto así (a partir de la semana 22) no es suficiente que el embarazo sea consecuencia de una violación o incesto. La ley dicta que si son fetos viables, se les dejará vivir.
Empleados del hospital cuentan que este acuerdo se ha roto en varias ocasiones. Fetos con síndrome de Down, espina bífida, falta de un brazo o de sólo unos dedos, son tratados como no viables y por lo tanto abortados.
Esta es una clara violación de la ley del aborto.
Reidar Pedersen, médico y filósofo, fue llamado para que observara la práctica hospitalaria. Pedersen dice que se llevan a cabo claras violaciones de la ley del
aborto en hospitales noruegos, pero no considera que los hospitales deban ser sentenciados por ello.
Continúa diciendo: Fetos de más de 22 semanas son viables y no se puede con certeza establecer si estos fetos experimentan dolor.
La ley del aborto en Noruega establece que se puede obtener ayuda para abortar hasta la fecha del nacimiento, bajo condiciones especiales.
Los Hospitales noruegos violan la ley del aborto.
El personal del Hospital Universitario de Stavanger comenta que han visto fetos que han vivido durante casi dos horas después de que la madre se tomase una pastilla para acelerar el nacimiento. Fetos que, antes de morir, abrían la boca y luchaban por conseguir aire, que movían brazos y piernas.
Que experimentan colocar un feto en una habitación para que muera, mientras que en otra habitación ellos luchan por la supervivencia de otro feto de la misma edad.
Que cuando piden permiso para acelerar la muerte de un feto -que está destinado a morir- porque les cuesta verlo sufrir, obtienen un no de respuesta.
No, porque la eutanasia en Noruega está prohibida. En otras palabras; si alguien del Comité de Aborto ( aquellos que conceden el aborto después de la semana 22) hubiera proporcionado eutanasia sería libre, le perdonarían. En cambio, si un empleado del hospital proporcionase esto, sería condenado por práctica de eutanasia.
La ley noruega establece que cada individuo es libre de elegir si abortar o no hasta la semana 12. Pasado este tiempo, quien establece si se puede abortar hasta la semana 22 es un miembro del Comité de Aborto -integrado por dos médicos- si la salud física o mental de la mujer está en peligro. La cantidad de abortos concedidos por cuestiones de enfermedad en el feto ha aumentado en un 44% en estos últimos diez años (Instituto de Salud Pública), porque los requisitos necesarios para la concesión del aborto cada vez son menores (e.g labio/paladar hendido, síndrome de Turner, dedos faltantes…)
La ley del aborto también mantiene abierta la opción de aborto hasta la fecha del parto, por si el niño padece alguna enfermedad que no es compatible con la vida.
Este tipo de abortos tardíos ha aumentado en un 13% desde el 2011. Para que se dé un aborto así (a partir de la semana 22) no es suficiente que el embarazo sea consecuencia de una violación o incesto. La ley dicta que si son fetos viables, se les dejará vivir.
Empleados del hospital cuentan que este acuerdo se ha roto en varias ocasiones. Fetos con síndrome de Down, espina bífida, falta de un brazo o de sólo unos dedos, son tratados como no viables y por lo tanto abortados.
Esta es una clara violación de la ley del aborto.
Reidar Pedersen, médico y filósofo, fue llamado para que observara la práctica hospitalaria. Pedersen dice que se llevan a cabo claras violaciones de la ley del
aborto en hospitales noruegos, pero no considera que los hospitales deban ser sentenciados por ello.
Continúa diciendo: Fetos de más de 22 semanas son viables y no se puede con certeza establecer si estos fetos experimentan dolor.
El derecho de Reserva:
La creciente oposición al aborto en Noruega ha llevado a varios empleados a querer estar exentos de la realización de abortos. Ellos tendrán un derecho de reserva.
Esta cláusula de reserva cuenta con una fuerte resistencia por parte de los movimientos feministas y ha causado un gran revuelo. El 8 de marzo la gente salió a las calles en protesta con lemas como “No, a la cláusula de reserva”. Pero, ¿por qué las mujeres no quieren plantear cuestiones importantes y serias? como:
¿Cómo podemos asesinar a un feto -sin saber si sufre-, dejarlo en una habitación para que muera poco a poco, mientras otros fetos de la misma edad son puestos en incubadoras?
¿Por qué se le llama eutanasia cuando se acelera la muerte de un feto?
Cuando la eutanasia se refiere a personas y está prohibida, y los fetos no son personas…¿o a caso lo son?
La distinción entre un ser humano con derecho a vivir, y uno que no lo tiene se basa en la idea de que el ser humano es consciente de estar vivo y se puede comunicar. (Según Reidar Pedersen, que es uno de los miembro del Consejo que considera las prácticas del hospital en casos de aborto).
Entonces, ¿a niños de qué edad nos estamos refiriendo?
¿Deben los empleados del hospital ser capaces de observar cómo muere un niño fuera de la barriga de la madre sin poder intentar salvarlos sólo porque le falta un dedo o porque tiene síndrome de Down?
Ninguna ley establece que los niños son nuestra propiedad. ¿A caso el feto que llevamos es propiedad nuestra?
El debate abortivo no une a las mujeres. Crea discordia, disensión entre los que creen que el síndrome de Down es incompatible con la vida; disensión entre las mujeres que trabajan en el hospital y que no se pueden reservar contra la práctica de aborto. Disensión entre las que creen que un feto es una vida y aquellas que creen que no lo es.
¿Cuándo obtiene la vida valor?
Es importa que nosotras las mujeres nos preguntemos estas cosas. Y debemos preguntárnoslas a nosotras mismas una vez más: ¿DE QUIÉN ES REALMENTE LA LUCHA SOBRE EL DERECHO A ABORTAR?
¿Realmente es una liberación?
¡Yo no lo creo!
La creciente oposición al aborto en Noruega ha llevado a varios empleados a querer estar exentos de la realización de abortos. Ellos tendrán un derecho de reserva.
Esta cláusula de reserva cuenta con una fuerte resistencia por parte de los movimientos feministas y ha causado un gran revuelo. El 8 de marzo la gente salió a las calles en protesta con lemas como “No, a la cláusula de reserva”. Pero, ¿por qué las mujeres no quieren plantear cuestiones importantes y serias? como:
¿Cómo podemos asesinar a un feto -sin saber si sufre-, dejarlo en una habitación para que muera poco a poco, mientras otros fetos de la misma edad son puestos en incubadoras?
¿Por qué se le llama eutanasia cuando se acelera la muerte de un feto?
Cuando la eutanasia se refiere a personas y está prohibida, y los fetos no son personas…¿o a caso lo son?
La distinción entre un ser humano con derecho a vivir, y uno que no lo tiene se basa en la idea de que el ser humano es consciente de estar vivo y se puede comunicar. (Según Reidar Pedersen, que es uno de los miembro del Consejo que considera las prácticas del hospital en casos de aborto).
Entonces, ¿a niños de qué edad nos estamos refiriendo?
¿Deben los empleados del hospital ser capaces de observar cómo muere un niño fuera de la barriga de la madre sin poder intentar salvarlos sólo porque le falta un dedo o porque tiene síndrome de Down?
Ninguna ley establece que los niños son nuestra propiedad. ¿A caso el feto que llevamos es propiedad nuestra?
El debate abortivo no une a las mujeres. Crea discordia, disensión entre los que creen que el síndrome de Down es incompatible con la vida; disensión entre las mujeres que trabajan en el hospital y que no se pueden reservar contra la práctica de aborto. Disensión entre las que creen que un feto es una vida y aquellas que creen que no lo es.
¿Cuándo obtiene la vida valor?
Es importa que nosotras las mujeres nos preguntemos estas cosas. Y debemos preguntárnoslas a nosotras mismas una vez más: ¿DE QUIÉN ES REALMENTE LA LUCHA SOBRE EL DERECHO A ABORTAR?
¿Realmente es una liberación?
¡Yo no lo creo!
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