Por Inspiración Femenina
¡Por fin se estrenó! ¡La película más esperada de los
últimos tiempos! ¡Y coincidiendo con el día de San Valentín, para relacionarla
más aún con el amor!!
Sólo este hecho ya debería preocuparnos: el que las
peripecias de un rico sádico y una joven estudiante sumisa sean el objeto del
interés de millones y millones de personas –sobre todo mujeres-. Pero si a eso
le sumamos que, tanto la saga de libros como la película, preconiza la relación
sexual sadomasoquista (por definición, violenta) como una alternativa más; que
trata de normalizarla (ya sabemos que vivimos en una cultura del ‘todo vale’);
y que se ha convertido ya en referencia sexual para muchas parejas jóvenes, no
sólo nos preocupa sino que nos alarma.
En el mundo adulto, cada uno elige la opción sexual que
quiere y no tenemos nada que decir. Pero entre los adolescentes y jóvenes,
películas como ésta -que, recordemos, está escrita por una fan de la saga
‘crepúsculo’, machista, maltratadora y justificadora de la violencia (‘está en su naturaleza ser violento, es un
vampiro o un hombre lobo, pero en el fondo es bueno y me quiere’)- creemos
que aportan un modelo nada liberador, camuflado por un supuesto respeto a la
libertad (‘No haremos nada que no
quieras’), claro, hasta que llega un mal día en el trabajo y sí hacemos
aunque no quieras… ‘Como eres mía, puedo
desfogarme dándote unos cuantos palos. Luego te vas, pero te pediré perdón y
volverás’.
No sé a ustedes, pero nos suena el patrón típico del
maltratador: primero pega y luego se arrepiente y pide perdón; y al patrón
típico de la maltratada: me enfado pero te perdono y vuelvo contigo… y la
historia continua igual.
La sexualidad es un elemento inherente a nuestro espíritu.
Es una vía de sanación, de liberación. Está en toda actividad del ser humano
–no decimos esto por ser pansexualistas, sino porque consideramos que la
sexualidad va mucho más allá de la genitalidad-, está en todas las relaciones
que tenemos.
Imaginemos una relación no genitalizada, por ejemplo
laboral, que siguiera los patrones sadomasoquistas… ¿pensaríamos que es una
relación liberadora? ¿o sería un martirio, al menos para uno de los dos? En
realidad, este tipo de relación, fuera de las relaciones de pareja, es muy
frecuente, pero no se le llama BDSM sino abusos, mobbing, crueldad… ¿Por qué
justo en la relación íntima de los amantes vamos a considerar que es ‘algo
normal’, cuando es justo el momento en que el respeto, la belleza, el cuidado,
la complacencia, el amor… tienen que estar en su punto álgido?
Un último comentario –podría ser éste un artículo
interminable, pero para no hacerlo más largo y dejar que ustedes piensen sobre
ello-: Cuando una mujer cree que la sumisión sexual es lo suyo, que es lo que
quiere y siente, está siguiendo unos patrones que le ha impuesto –sin que ella
se de cuenta- esta sociedad machista. No es un acto de liberación sino de
esclavitud. La esclava sexual que muchos varones anhelan, aunque sea sólo en
sus fantasías, pero que películas como ésta pueden hacerlas realidad.
Las mujeres deberíamos hacer un esfuerzo por indagar en
nuestra propia sexualidad, en nuestros propios gustos y deseos, e ir
descartando aquellos que podamos identificar como una parasitación de un
pensamiento masculinista hegemónico.
Les dejamos cuatro enlaces de nuestros periódicos de más
tirada para que lean, si les interesa, otros comentarios (todos ellos bien
interesantes)
Este tipo de películas lejos de desanimarnos nos hace estar más alertas ojalá y todas las mujeres que la vean puedan ver y darse cuenta de la manipulación
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