Por Inspiración Femenina
ARTISTA A LOS 100 AÑOS…
Hoy leemos en ‘El País’ la historia de Carmen Herrera que, a
sus 100 años, sigue ascendiendo en el ranking de pintores actuales… esto es
asombroso por su edad, pero más aún porque vendió su primer cuadro a la edad de
89 años, y hoy sus obras se exponen en los más prestigiosos museos.
Pero no es de ella de quien queremos hablar, porque pueden
leer esta información en la prensa, o siguiendo el link: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/23/actualidad/1445613316_848346.html
De lo que queremos hablar es de todos y cada uno de
nosotros.
Sí, porque vemos con demasiada frecuencia personas mayores
(de esas a las que llaman ‘de la tercera edad’) deprimidos, abatidos, llenos de
medicamentos, con muy pocas distracciones (y ahora se quedan sin otra que, al
menos en España, movía a muchas de estas personas: los viajes del INSERSO
–véase: http://economia.elpais.com/economia/2015/10/24/actualidad/1445710508_477988.html
-), sin un proyecto de vida (ya, para lo que nos queda…), sin ilusiones, sin
esperanza al fin y al cabo. Y todo esto podemos decir que es producto de
nuestra sociedad, que sigue manteniendo el culto a la juventud y que considera
a quien ya ha terminado con su fase de vida laboral, productos de desecho
costosos, porque consumen medicamentos, pensiones, tiempo… y sin embargo, no
son productivos. Podemos quedarnos ahí y lamentarnos del estado de las cosas.
Pero también podemos tomar otras opciones que, desde Inspiración Femenina,
hemos sugerido en más ocasiones: ¡HAY QUE PREPARAR LA VEJEZ DESDE LA NIÑEZ!!
Pueden ustedes pensar que estamos locas diciendo algo así,
que uno no puede estar pensando en la vejez toda la vida… No se trata de pensar
en la vejez o de hacernos un plan de jubilación, no, nos referimos a una
preparación de otro tipo: Hay que desarrollar la curiosidad, hay que
desarrollar el arte (el que sea, ganchillo, cocina, maquetas, papiroflexia…),
hay que diversificar las aficiones y las aptitudes, hay que estudiar
(¡siempre!), hay que leer, hay que viajar, hay que cultivar las relaciones con
amigos, hay que mantener la mente activa y abierta a cualquier innovación, en
definitiva, durante toda nuestra vida deberíamos ir desarrollando,
continuamente, nuevas habilidades.
Estas nuevas habilidades son las que nos pueden permitir,
llegado el momento de dejar atrás la vida laboral, seguir disfrutando, seguir
ilusionándonos, no pasar de trabajadores ejemplares a abuelos deprimidos.
Este síndrome de la jubilación afecta más a los varones que
a las mujeres, porque ellos quedan en paro, pero nosotras seguimos con nuestro
segundo empleo: la casa (en algo nos tenía que beneficiar pasarnos la vida con
doble jornada laboral), y el cambio de actividad no es tan marcado como en
ellos. Pero aún así, cada día más vemos también a mujeres que, al llegar el
momento de la jubilación, se apagan, se enferman… su vida pierde parte del
sentido.
Pensamos que sería bueno que la sociedad cambiara, pero que esto
es algo incontrolable por nosotros. Sin embargo, lo que sí podemos controlar es
ese no dormirnos, no dejarnos llevar por la rutina, no pensar que ya lo tenemos
todo estudiado o sabido, no conformarnos con que ‘esto es lo que hay’, no
afincarnos en la pereza de lo conocido… y seguir con ilusión, con curiosidad. Sabemos
que cuesta empezar algo, pero cuando se ha tomado la decisión y se comienza,
todo es más fácil. La curiosidad se puede alimentar. La ilusión se puede
desarrollar, haciendo. La vida puede ser más bella, más amplia, más interesante.
¡NUEVAS HABILIDADES PARA UNA NUEVA VIDA, SEA CUAL SEA LA
EDAD QUE TENGAMOS!!