Piensa por un momento: ¿sabes cuantosvideojuegos son protagonizados por mujeres, heroínas fuertes y llamativos? La respuesta estáen las tiendas, físicas o virtuales: pocos.
Desde el comienzo de los videojuegos, la gran mayoría de los juegos pone a las mujeres como personaje secundario, que es sólo una parte del paisaje o dependiente de un hombre. En este último caso, es sólo una asistente del héroe o una doncella que será rescatada del peligro.
Además de frágil, impotente e incapaz de cuidarse sin la ayuda de la figura patriarcal, hay otro estereotipo propagado a gran escala por la industria, de la mujer como mero objeto sexual, con ropas cortas y pegadas a un cuerpo con formas exageradas para atender al fetiche del público masculino.
Nos llama la atención este tema porque vivimos en una sociedad tecnológica, nuestros hijos están siendo “educados” por maquinas, internet, y sobretodo juegos que es un elemento del universo del niño. Es fácil pasar desapercibido este tema que parece tan inocente. Pero el juego es un fuerte formador de opinión en el niño.
El arte de educar cuesta trabajo, disposición, amor y una dosis alta de atención a los detalles, porque la formación de un ser se hace de detalles.
Como mujeres que nos importamos con las próximas generaciones, debemos sembrar una nueva consciencia y eso no es de la noche para el día, es un trabajo que empieza en la cuna con las nanas adecuadas, en el cuidado con la alimentación, en escoger los juguetes, en contar historias que contribuyan con la integridad del ser.
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